¿Utilizar un dispositivo digital significa que la formación que pretendemos hacer también lo sea? Por ejemplo: ¿hacer una clase por videollamada es formación digital?
La respuesta es no. No necesariamente.
La palabra digitalización es trending topic en el área de la empresa desde hace años. Se han escrito ríos de tinta sobre la transformación digital y su importancia, especialmente en plena pandemia, cuando los canales digitales eran nuestra única forma de conectar con el mundo. Los departamentos de RRHH y formación corporativa no se han quedado atrás en este debate. Sin embargo, a día de hoy, todavía parece que hay dudas sobre las implicaciones que conlleva la digitalización de nuestros programas formativos.
Está claro que la digitalización no es una tarea sencilla. Más aún si, en el caso de la formación, tratamos de llevar a cabo este proceso compaginándolo con el día a día en cualquier departamento de RRHH. Nos encontramos en un contexto cambiante, donde los retos, las tendencias y el desarrollo de nuevos recursos avanzan a gran velocidad. Por eso, es comprensible que atender a los matices para diferenciar entre llevar a cabo acciones de formación online y construir un programa de formación realmente digital queden en un plano secundario.
Bajo nuestra experiencia, hay 5 puntos clave a tener en cuenta para evaluar el nivel de digitalización de un plan de formación:
Tecnología
La plataforma que usemos es, a fin de cuentas, una de nuestras principales herramientas de trabajo. Contar con una tecnología avanzada al servicio del empleado y actualizada a los tiempos que corren, es esencial para poder ofrecer un servicio de calidad, escalable e integrable con los distintos LMS y herramientas de gestión dentro del departamento de RRHH. La automatización de procesos cotidianos y el uso de IA para adaptar la plataforma a las necesidades concretas de cada usuario ha dejado de ser un “extra” y se ha convertido es una necesidad para hablar de una formación digital plena.
Metodología
Como hemos mencionado anteriormente, digitalizar la formación no implica solo realizar un cambio de formato. También la forma de enseñar cambia. Si bien es cierto que existe una minoría que ha decidido volver a planes de formación presencial, la inmensa mayoría ha mantenido una modalidad 100% digital o blended learning. En el caso de Speexx, contamos con sesiones de conversación en vivo con profesores nativos certificados y que saben enseñar dentro de un entorno digital. Ellos aportan el toque humano y el seguimiento personal, que en ocasiones las empresas echan en falta en entornos digitales. La experiencia nos dice que es posible combinar e integrar ambas metodologías, y que el resultado es ampliamente satisfactorio.
Personalización
Se acabó el “café para todos”. Es una expresión muy repetida, pero nunca fue tan cierta. La tecnología y el amplio abanico de posibilidades que nos ofrece hace indispensable que las soluciones ofrecidas por los proveedores de formación digital sean a medida y den respuesta a la casuística de cada empresa, e incluso, de cada alumno. En este sentido, el uso de la IA vuelve a ser un fiel aliado, ya que nos permite el contenido de la plataforma a las necesidades y preferencias de aprendizaje de cada usuario. O como mínimo, que la IA nos permita saber los “tipos de café” que necesitan los usuarios para sentirse cómodos y beneficiados en la formación. Y a partir de ahí, centrar mejor las acciones y los presupuestos.
Experiencia de aprendizaje
¿De qué sirve un programa de aprendizaje que no esté diseñado en función de la experiencia del alumno durante su aprendizaje? Las formaciones digitales deben ser user centric, centradas en el usuario. Además, tienen que contar con un sistema de feedback de carácter bidireccional propiciando la sinergia entre plataforma y usuario. De esta forma la plataforma podrá evolucionar en base a las nuevas necesidades de los alumnos.
Monitorización y analítica de datos
La monitorización del uso de todos los recursos y de la evolución del alumno dentro del programa formativo representa una de las grandes diferencias entre la formación tradicional y digital. Esto no solo facilita la gestión y reduce considerablemente la carga administrativa de los departamentos de formación. Tener a disposición toda esta analítica de datos permite tomar decisiones de forma instantánea sobre el uso del presupuesto, optimizando el gasto y mejorando el retorno de la inversión.
Así que te lanzo esta pregunta: ¿tu plan de formación está realmente digitalizado?
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