El sector de la imagen personal engloba todos aquellos servicios que están destinados al cuidado y bienestar. No cabe dudade que vivimos en una sociedad que se preocupa cada vez más por su imagen y, como consecuencia,demanda en mayor medida serviciosde calidad. Por todo ello, nos encontramos ante un sector que ha encontrado en la diversificación la respuesta a las necesidades de la sociedad.
Ante este hecho, las empresas requieren, cada vez más, personal cualificado que mediante laformación y el conocimiento potencie no solo la productividad, sino tambiénla rentabilidad del negocio.
En los últimos años, y sobre todo durante la crisis del COVID – 19, este sector se ha visto obligado a desarrollar la promoción profesional dentro de sus propias empresas y ha invertido en formación para profesionalizar plantillas que se consideraban tradicionalmente poco cualificadas. La formación, sin duda, es uno de los pilares que sustentan el desarrollo y profesionalización de un sector en auge.
Una de las principales premisas por las que apuesta el sector esevitar la rotación e insatisfacción deunos empleados que velan, de manera continua, por adaptarse a los nuevos tiempos y requerimientos de una sociedad en continuo cambio. Junto con ello, otra de las preocupaciones con las que convive el sector es su seguridad en materia de salud. Todas las empresas se ven expuestas a riesgos.Riesgos que afectan tanto a empresarios como a profesionales del sector de la imagen personal.
Por tanto, es importante aportar tranquilidad y estabilidad dentro del colectivo. Los empresarios del sector apuestan cada día más por incrementar la percepción de su marca, y atraer y retener talento,pero, sobre todo, por proteger a sus empleados y su negocio.
Dentro de las ventajas sociales complementarias a las prestaciones puramente salariales, uno de los más eficaces métodos de fidelización del empleado es el ofrecimiento por parte de la empresade cobertura sanitaria a cargo de una entidad privada.
A este factor de estabilidad en el empleo se unen otras dos ventajas: por un lado, la mayor agilidad en la asistencia sanitaria, lo cual redunda en una reducción de los riesgos y de la duración de las situaciones de baja por enfermedad. Por otro, las ventajas fiscales que para empresa y trabajador supone este tipo de complemento retributivo.
A modo de conclusión, es evidente que todavía queda un gran camino por recorrer en materia de profesionalización en uno de los sectores más dinámicos. El hecho de que el sector disponga por primera vez de una mutualidad propia es un paso más en esta línea.
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