La situación de excepcionalidad vivida durante este último año tanto en la vida como en el trabajo ha provocado graves disrupciones en el desarrollo de los negocios, ha dado un giro a las prácticas laborales y ha obligado a empleadores y trabajadores a cuestionar normas hasta hoy aceptadas para adaptarse rápidamente a un mundo incierto y en rápida evolución.
En términos de pérdida de puestos de trabajo y cambios de empleo, la COVID-19 ha tenido un impacto desigual. Incluso aquellos trabajadores que han conservado sus empleos se enfrentan a una amplia variedad de decisiones y disyuntivas y, en algunos casos, también a oportunidades. Y todo esto, lamentablemente, ha influido en la salud física y mental de los trabajadores en cualquier parte del mundo.
Una de cal y de otra de arena
Muchas empresas han puesto en marcha iniciativas para respaldar y recompensar a los empleados durante la pandemia, entre ellas programas de asesoramiento financiero o de apoyo a la salud mental. Pero parece que no es oro todo lo que reluce. Como indica “People at Work 2021: A Global Workforce View”, el último informe realizado por ADP® Research Institute y en el que se entrevistó a 32.000 empleados en España y en otros 16 países, dos tercios (65%) de los trabajadores señalan que sus empresas les han brindado apoyo para cuidar de su salud mental durante la pandemia, lo que indica el grado de preocupación que tienen muchas empresas por el posible impacto psicológico en sus plantillas. Pero por otro lado indica que se ha intensificado el seguimiento por parte de las empresas a sus empleados: el 62% de los trabajadores destaca que sus empresas están controlando con más detalle que nunca sus horarios y asistencia al puesto de trabajo. ¿Compensa una cosa a la otra? Obviamente no.
Sin duda es importante ver cómo las empresas se preocupan por el coste emocional y psicológico que la pandemia está causando en sus plantillas y que están poniendo en marcha diversas iniciativas para luchar contra ello. Sin embargo, dichos esfuerzos podrían quedar eclipsados si las empresas son demasiado estrictas a la hora de controlar la asistencia y la gestión del tiempo de sus empleados. Una estrategia al estilo del Gran Hermano puede aumentar su sentimiento de estrés y ansiedad. Parece lógico que en el escenario actual en el que muchos empleados trabajan en remoto, los empleadores sientan que deben vigilar de cerca sus actividades, pero también existe un argumento para decir que la jornada laboral tradicional de nueve a cinco necesita ser replanteada. Es posible que el hecho de seguir controlando los horarios de entrada y salida ya no sea la mejor manera de conseguir la máxima productividad.
Salud física Vs salud mental
Según el informe, un 76% de los encuestados creen que su empresa está adoptando las medidas de salud y seguridad adecuadas –como la modificación de las modalidades de trabajo, la aplicación de medidas de distanciamiento social o el suministro de equipos de protección personal– para proteger a su personal frente la pandemia. Sin embargo, aunque más de seis de cada diez están de acuerdo con que su empleador les ha proporcionado los equipos que necesitan para hacer su trabajo a distancia, la proporción apenas sube hasta el 69 % entre los que trabajan exclusivamente desde casa.
Son cifras que indican que las empresas se preocupan por la salud física. Pero ¿y la mental?
Los empleadores son conscientes de que sus responsabilidades no acaban aquí y de que sus negocios pueden beneficiarse al respaldar a los trabajadores de otras maneras, como por ejemplo cuidar de su salud mental. Este esfuerzo adicional tiene importantes implicaciones para las empresas y los equipos de RR. HH. Más allá de considerar si los niveles actuales de compensación económica están a la altura de las nuevas responsabilidades o el cambio en la función laboral, también puede ser necesario abordar su impacto sobre el bienestar y la motivación de los empleados. La conclusión principal es que encontrar formas de reducir el estrés y la ansiedad, evitar el agotamiento y crear un sentido de justicia serán factores clave para mantener la salud mental de las plantillas.
Cuanto antes, mejor
Estamos en una época en que la forma de trabajar de las personas es muy dinámica, y eso ha planteado una multitud de nuevos desafíos tanto para los trabajadores como para las empresas. Y aunque éstas tienen que ser capaces de adaptarse rápidamente, también deben actuar con cuidado. Las empresas y los responsables de RR.HH. deben trabajar para ser percibidos en el futuro como buenos gestores de problemas relacionados con el estrés, el bienestar, la productividad y la moral. Cuanto antes, mejor.
Los comentarios están cerrados.