Juan Antonio Esteban

Hay noticias que por mucho que sepas que van a llegar, cuando lo hacen, te impresionan y te hacen replantearte muchos aspectos de tu vida. Eso es lo que me sucedió el pasado sábado 28 de agosto cuando recibí un mensaje en el que me informaban que el bueno de Juan Antonio Esteban acababa de fallecer.

El maldito cáncer, una vez más, haciendo de las suyas y en el caso de Juan Antonio doblemente ya que, tan solo unos meses antes, su mujer también nos dejó víctima de tan cruel enfermedad.

Hablar de Juan Antonio, ¡qué duro es hacerlo en pretérito!, es hablar de recursos humanos en su más alto concepto. Un enamorado de su profesión, un apasionado del capital humano que estuvo durante más de dos décadas en primera línea de la gestión de personas, trasladando su amplio conocimiento, su pasión, tanto en el día a día de su empresa -Alsa-, como en los artículos y libros que escribía y las clases que, cuando podía, daba en distintas escuelas.

Tuve la suerte de conocer a Juan Antonio hace muchos años, quizás demasiados, visto como el paso del tiempo nos recuerda que el ayer está más cercano que el mañana. Ya en su época de Telepizza irradiaba sabiduría, talento e ilusión por un sector al que dedicaba horas y horas.

Formó parte de distintas asociaciones de profesionales, pero su gran acierto, su obra imperecedera ha sido, es y será, ser uno de los fundadores de la Asociación Española de Directores de Recursos Humanos (AEDRH).

Nunca podré olvidar nuestras reuniones fundacionales en Fass y, sobre todo, Müus, un restaurante en las Tablas en donde debatíamos como debería ser AEDRH, cómo tendría que llegar para ser diferente a todas las existentes y porqué era importante su creación.

Juan Antonio era conciliador, buena persona y siempre buscaba el equilibrio y la imparcialidad cuando alguna discusión se elevaba de tono o las posturas estaban muy distanciadas. Él, con esa habilidad que algunos pocos tienen, era capaz de dar su acertado argumento y su pausado razonamiento para conseguir templar los ánimos y lograr que el acuerdo final fuese sencillo.

Siempre le gustó escribir y fue, a su manera, emprendedor. A él también se le debe la creación de un grupo de escritores, profesionales de los recursos humanos, que ya van por su tercer libro y que, además, coinciden en la pasión y el conocimiento sobre la gestión de personas que pocos como ellos tienen. En breve saldrá su tercer libro, el libro póstumo de Juan Antonio, que hasta última hora estuvo escribiendo y demostrando su amor por una profesión y un sector al que ha dedicado su vida. En escRHitores también echan de menos a Juan Antonio pero, al igual que en AEDRH, siempre seguirá estando.

Ya no podremos vernos antes de los partidos de nuestro querido Real Madrid, ya no podrás salir por esas calles madrileñas a entrenar los maratones que en los últimos tiempos te dio por correr para demostrarte que no había ninguna meta que no pudieses alcanzar cuando te lo proponías y ya no podrás escribir libros, artículos ni seguir haciendo historia en la gestión de los recursos humanos en tu querida Alsa. Pero hay algo que has conseguido y que siempre estará ahí, en la memoria de todos nosotros para recordar lo bella persona que eras, lo buena gente que demostraste ser en tu día a día y lo mucho que te echamos de menos y el vacío que ha quedado en un sector necesitado, ahora más que nunca, de tanto talento y tanta pasión como tu tenías y es que la Asociación Española de Directores de Recursos Humanos (AEDRH), tu obra, nuestra aportación al sector, seguirá recordándote, seguirá orgullosa de contar contigo como uno de sus fundadores y no dejará que el nombre de Juan Antonio Esteban caiga en el olvido de los recursos humanos y, lo mismo que aún aparece en el estado de tu huerfano WhatsApp, lograr que Nunca esté la bandera arriada … nunca el último empeño.

Hasta siempre, amigo, compañero.

@VizcainoEduardo