¿Nos acordamos del síndrome de la cabaña? Tras el confinamiento en España por la crisis sanitaria de la pandemia, los expertos hablaban de que algunas personas podían verse afectados por este síndrome que consistía en fobia o miedo a salir de casa tras semanas y semanas de estar “encerrado” y enfrentarse de nuevo a la vida cotidiana previa al confinamiento.
Ahora, dado que desde el pasado mes en España ya no es obligatorio el uso de la mascarilla en exteriores cuando se mantenga la distancia de seguridad, se habla de un nuevo síndrome. Los expertos lo llaman coloquialmente el Síndrome de la cara vacía, y con él se refieren al sentimiento de vulnerabilidad y desprotección que provoca el ir sin mascarillas.
Evidentemente, no todas las personas sufriremos este síndrome, ya que hay reacciones diferentes de unas personas a otras: algunas valoran este cambio como un hecho positivo y lo viven con optimismo, mientras que otras lo afrontan con temor y miedo, sintiéndose más confortables con la cara, boca y nariz tapada. Incluso existen casos más extremos de estrés, angustia, ansiedad, agorafobia (miedo a los espacios abiertos) pero ahora aplicado a ir sin mascarillas.
El motivo de estas diferencias individuales al enfrentarnos a un mismo hecho (eliminar el uso de las mascarillas en espacios abiertos), es debido a cómo cada uno de nosotros valoramos o lo interpretamos. Es decir, no es la situación en sí la que produce nuestras reacciones ya que si fuera así todos reaccionaríamos de la misma manera, sino que es la forma en que cada uno de nosotros la interpreta.
Las personas que valoran/interpretan el hecho de dejar de utilizar las mascarillas en exteriores como algo negativo es posible que cuando estén en esa situación, puedan tener pensamientos del tipo “seguro que me contagio”, “no tendrían que haber quitado todavía la mascarilla porque la gente es muy irresponsable/imprudente”, “me siento desprotegido” … A estos le siguen emociones tales como, angustia, ansiedad, miedo etc. Y estos síntomas finalmente se traducen en: nerviosismo, dolores musculares fruto de la tensión, inquietud, incluso somatizaciones (dolor de cabeza, de estómago, mareos etc.).
En el otro extremo, las personas que valoran esta situación como algo positivo, a nivel fisiológico es posible que reparen en que respiran mejor sin llevarla, a nivel cognitivo es posible que tengan pensamientos del tipo “que bien, podré respirar mejor cuando esté en la calle”, “podré comunicarme mejor con los demás”, “este cambio en el uso de la mascarilla indica que las cosas van mejor y eso es buena noticia”, y a nivel conductual serán personas que no usarán las mascarillas en situaciones al aire libre en las que se mantenga la distancia de seguridad, e incluso que aumentarán sus salidas al exterior al sentirse más seguras.
Todas las reacciones son totalmente normales en este momento, y aunque la famosa “nueva normalidad” a veces puede asustar e incluso generar estrés y ansiedad, debemos ir recuperándola gradualmente, siempre siguiendo las recomendaciones de los expertos, lo que antes se hacía de forma sencilla y espontánea. Se trata, por tanto, de recuperar las facciones y parte del lenguaje no verbal, después de tanto tiempo rompiendo la barrera física de la mascarilla.
¿Qué puedo hacer para no sentir miedo o ansiedad al quitarme la mascarilla en espacios abiertos?
Para Beatriz Remacha, Responsable de Stimulus Care Services, si nos identificamos con el grupo de personas que, ante esta nueva situación, experimenta ansiedad o miedo, una buena solución sería contactar con profesionales de la psicología clínica quienes pueden acompañarnos en el proceso facilitándonos herramientas para manejar la nueva situación con calma y confianza.
En ese sentido, muchas organizaciones están viendo los Programas de Apoyo al Empleado, los PAEs, como un recurso muy útil para ayudar a sus empleados y a sus familias a enfrentarse a este tipo de situaciones y apoyarles en los continuos cambios que se están produciendo en relación con la pandemia.
Los PAEs brindan un apoyo confidencial que mejora la calidad de vida de todos los empleados y familiares directos, logra un equilibrio y les ayuda a enfrentar los desafíos de la vida diaria (laborales, personales y/o familiares), entre ellos la nueva situación derivada de la relajación de las medidas sanitarias derivadas del COVID, y en concreto de la posibilidad de estar en espacios abiertos sin mascarilla.
Estos Programas puede incluir asistencia psicológica telefónica 24/7/365, video consultas, consultas presenciales o in situ, asesoramiento jurídico/legal y financiero y la asistencia social por parte de trabajador social. Además, pueden acompañar a las empresas en la difusión y la comunicación del servicio, de modo que de modo que todos los empleados lo conozcan y lo integren en su día a día, a fin de poder utilizarlo ellos mismos y/o poder recomendarlo a un compañero o familiar directo (cónyuge e hijos) en un momento de dificultad.
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