El gobierno ha suprimido la obligatoriedad del uso de las mascarillas en exteriores siempre que se pueda mantener distancia de seguridad, pero son muchos los que las siguen llevando; por precaución, por miedo…por haber cambiado de costumbres. Y es que la pandemia que todavía estamos viviendo ha afectado y cambiado los comportamientos de las personas, dándose muchos de estos en las oficinas, puesto que es donde la mayoría socializamos durante la semana.
A pesar de que ya estamos viendo la luz al final del túnel, esta luz se nos presenta diferente a la que recordamos. Incluso los sociólogos ya llevan tiempo hablando del antes y el después que esta experiencia supondrá para las medidas de precaución y de higiene que se seguirán aplicando tanto en lugares públicos como de trabajo y, en general, en espacios compartidos.
En referencia a este cambio, si algo hemos observado durante este tiempo es que el talento de las empresas prioriza sentirse seguro en los lugares en los que va a pasar ocho horas diarias llevando a cabo las tareas que ayudarán a crecer a las empresas. Por otro lado, las organizaciones han aprendido que la gestión de las personas que forman parte de sus equipos lo es todo, y esto siempre ha sido así, pero nunca ha estado tan claro. La tendencia actual es que las organizaciones sigan ofreciendo la mayor seguridad a sus profesionales, para que estén motivados, sean más productivos, para retener mejor al talento… Y esto supone continuar con algunas prácticas que ya se han estado aplicando durante la pandemia, siendo una de ellas el fichaje en el que se eviten soluciones en las que varios empleados entren en contacto con la misma herramienta, ya sea esta un lector de huella dactilar, una llave o una tarjeta.
Para ello, no cabe duda que la digitalización de las empresas ha sido imprescindible, y es que esta se ha adelantado unos años debido a la necesidad de adaptarse al teletrabajo y a las nuevas necesidades de las empresas. ¡De hecho, algunas de las prácticas que hemos visto en empresas no iban a llegar hasta dentro de cinco años! El trabajo en la “nube”, la disponibilidad de licencias del tipo VPN para garantizar la seguridad virtual, la disponibilidad de equipos para realizar videoconferencias y reuniones telemáticas… ¿Cuáles de estos cambios se van a quedar con nosotros para siempre? La realidad es que estas innovaciones se han convertido en nuestro día a día y el de nuestras organizaciones, y como sucede con muchas otras cosas, los pioneros tienen premio, y este premio es ventaja competitiva respecto a otras empresas para retener y atraer al mejor talento.
¿Qué innovaciones van a seguir en nuestras vidas?
Uno de los aspectos que probablemente va a cobrar una mayor importancia en las compañías, con la vuelta a la presencialidad y el concepto recién acuñado como “trabajo híbrido”, van a ser, como ya hemos dicho, los sistemas de control de accesos y fichaje basados en las nuevas tecnologías y, sobre todo, en el reconocimiento facial. Las ventajas de esta tecnología radican no solo en la comodidad, la facilidad de su uso y la efectividad del proceso, sino también en el plus de seguridad que aporta por no necesitar contacto físico por parte de los empleados.
Sin embargo, si hablamos de reconocimiento facial y seguridad, debemos prestar atención al debate que gira en torno a este tipo de herramientas. Es importante remarcar la diferencia entre reconocimiento facial, detección de rostros y seguimiento de este tipo de datos para localizar a personas en concreto. El tipo de sistemas de reconocimiento facial que se utilizan para registrar la jornada de los empleados utilizan datos biométricos que solo hacen uso del mapeo del rostro, no para identificar sino para autenticar. Es decir, no almacena las imágenes sino que simplemente comprueba que el empleado es quien dice ser, comparando los datos asociados con el rostro.
Entonces, estaremos de acuerdo en que la tecnología de reconocimiento facial une seguridad e higiene con facilidad e innovación en los Recursos Humanos. También añade un plus de seguridad en cuanto a la Protección de Datos y a la hora de permitir acceso autorizado a ciertas zonas de la oficina o el puesto de trabajo. Todo esto hace que la empresa sea un lugar en el que la información sensible esté más protegida, además de proporcionar la seguridad y estándares de higiene que se han vuelto tan necesarios para todos.
La tecnología nunca ha sido tan humana
La tecnología a menudo se considera más fría que el trato personal, pero estamos en el año 2021 y es momento de adaptarse a las nuevas necesidades de nuestros equipos. Si bien es cierto que el trato humano es imprescindible para gestionar a las personas, la tecnología puede empoderar a las empresas para conseguir mejores resultados en este ámbito. No se trata de reemplazar a la gente por robots, sino de ayudar a estas personas a reducir el tiempo que dedican a llevar a cabo tareas repetitivas como el fichaje, mejorar la seguridad de acceso a espacios, la seguridad de la información, el aforo en las oficinas y la higiene, además de ofrecer comodidad y facilidades a los equipos de las organizaciones. Finalmente, y como sucede con cualquier automatización, el reconocimiento facial también añadirá mayor precisión a los registros de jornada de los empleados, algo que mejoraría el control de las horas extraordinarias, que preocupa tanto a las empresas españolas.
Por todo esto creemos que la digitalización de las empresas, que ya está sucediendo de manera orgánica, no solo ayudará a la cohesión de los equipos y a la flexibilidad, sino que también puede mejorar la calidad de vida de nuestro talento.
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