La gestión de equipos siempre ha sido uno de los grandes retos de las empresas, independientemente del tamaño de estas. Algo que se ha complicado aún más en los últimos tiempos. Y es que los departamentos de Recursos Humanos han ejercido un papel esencial en el diseño de iniciativas y la implantación del teletrabajo para que las compañías pudieran seguir con el mismo ritmo de trabajo también en remoto.
Sin embargo, la eficacia en estos departamentos viene dada por muchos otros factores. Trabajan con personas que tienen sentimientos y experimentan emociones que van más allá de sus capacidades o destrezas en el entorno laboral, aunque no se puede separar. Por eso, gestionar y poner en valor las emociones de la plantilla y cómo se traduce eso en productividad y bienestar, no es tarea fácil.
El rico refranero español dice que “hay cosas que el dinero no puede comprar”. Algo totalmente cierto y que hoy en día se conoce como como “salario emocional”. Esto abarca desde cursos de formación o cheques guardería hasta un menú semanal o comida gratis para los 365 días del año. Algo que ya llevan a cabo en la actualidad grandes empresas como Google, Microsoft o Adecco.
Es en esto último en lo que queremos centrarnos: la alimentación de los trabajadores. Los horarios, las largas jornadas de trabajo, el ritmo frenético de vida y la falta de tiempo se habían convertido en la rutina normal para la mayor parte de los trabajadores, lo que había provocado que gran parte de la población llevase una mala alimentación. Esta situación se ha visto agravada con la crisis sanitaria vivida a nivel mundial. Desde que las empresas optasen por el teletrabajo, las rutinas alimentarias de los españoles han empeorado notablemente y casi un 50% de la población ganó peso en los primeros meses de confinamiento como aseguran algunos informes. A grandes rasgos no parece tener nada que ver con el departamento de Recursos Humanos, pero si nos paramos a pensar, la salud de los trabajadores repercute notablemente en la empresa.
Hoy en día existen numerosos estudios que afirman que incluir servicios de comida para los trabajadores se traduce en resultados positivos para las compañías. De hecho, según un estudio de la OIT, una buena alimentación, sana y equilibrada, se traduce en un aumento del rendimiento y productividad de los trabajadores de un 20% y desde el Foro Económico Mundial se calcula que el promedio de retorno de la inversión de programas de bienestar en las empresas es de 2,45€ por cada euro invertido.
Con la llegada de la crisis sanitaria y la implantación del teletrabajo como modelo y solución para evitar un gran número de contagios, los sistemas de gestión de dietas han pasado a ser una nueva preocupación que se ha podido suplir, en cierta forma, gracias a la digitalización y las nuevas empresas de Delivery. Enviar comida a domicilio a los empleados podría compensar los cheques o vales de comida que normalmente se podían ofrecer en el trabajo normal de oficina y así los trabajadores no perderían esa retribución de ninguna manera.
Asumir este pago por la empresa, seguiría suponiendo un ahorro de costes, además de un aumento en la productividad y un beneficio fiscal en el IRPF de sus trabajadores. ¿A qué esperan las empresas?
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