¿Has oído hablar de la Psicología Positiva? Podríamos decir que con nombres y apellidos es de las corrientes psicológicas más jóvenes, ya que surge en la década de los 90 de la mano de una de las personas más influyentes a día de hoy en el mundo de la psicología, el psicólogo Martin Seligman. Pero ya existían antecedentes desde los tiempos de Aristóteles.
La Psicología Positiva, de manera muy resumida, estudia de forma científica todo aquello que nos ayuda a vivir de manera óptima y a ser más felices.
La Psicología Positiva por supuesto también nos trata de enseñar cómo podemos lograr un bienestar en nuestra faceta laboral. Las personas más felices son más productivas y creativas; ganan más dinero y se encuentran en puestos más valorados; son mejores líderes y negocian mejor; ayudan más a los demás; manejan mejor el estrés y aprenden más de los problemas; y tienen más apoyo social. Como ves, ante la pregunta “¿estás donde tienes que estar?”, no es tan sencillo como responder “más o menos, pero vamos tirando”. Si no que muchas facetas se ven afectadas por esta valoración que hacemos de nuestra situación actual.
Si repasamos los pilares de nuestro bienestar, y los extrapolamos al ámbito laboral, podremos ver de dónde surge la valoración global de satisfacción o no con el propio trabajo:
La Psicología Positiva nos dice que hay un cóctel de 5 factores que es común a todos los seres humanos: 1) las emociones positivas, 2) el flow, 3) las relaciones sociales positivas, 4) el sentido y 5) el logro. Si bien alrededor del 50% de aquello que nos ayuda a ser más felices son las circunstancias que nos rodean y que no siempre podemos controlar; otro 40% depende de nosotros, de nuestras decisiones, de nuestras actitudes, y de lo que hacemos.
¿Eres feliz? ¿Eres feliz en tu trabajo? Si es que sí, ¿podrías llegar a ser incluso más feliz? Si es que no, ¿merece la pena invertir tu tiempo y esfuerzo en intentarlo? Podemos dirigir nuestras energías a trabajar estos 5 pilares que hablábamos, lograr una felicidad laboral y obtener todos los beneficios que comentábamos.
Partamos de la base de que la búsqueda de la felicidad, aunque se sustenta en unos pilares comunes, cada uno los puede trabajar de manera diferente. Es decir, el qué es el mismo, pero el cómo difiere. Así que es posible que tu satisfacción pase por emprender más acciones que te dirijan a reconectar con tu puesto y/o tu empresa, o bien que pase por buscar un nuevo lugar que responda a tus necesidades.
Así pues, ¿qué debemos buscar en nuestro empleo soñado?
- Emociones positivas: lo ideal será que tu entorno, tus compañeros, tus tareas y tu rol te inviten a sentir en mayor medida emociones como la alegría, la tranquilidad, el interés, el sentimiento de equipo… Si bien es cierto que estamos programados para atender más fácilmente a lo negativo, por pura supervivencia, piensa en cómo describes tu trabajo y si puedes cuidar el tener un lenguaje más positivo; si puedes hacer el ejercicio de observar con una mirada nueva tu entorno para captar y apreciar cosas buenas que se te estaban escapando; o si puedes centrar tu atención en aquellas facetas de tu trabajo que te despiertan emociones positivas sobre las que no lo hacen, considerando siempre que la perfección no existe.
- Flow: ¿existen entre tus tareas momentos en los que simplemente fluyas porque estás totalmente dentro de la tarea? ¿Se dan a menudo? ¿Podrías maximizar el tiempo que pasas con estas actividades? Estos momentos en que estás completamente comprometido y absorbido en una tarea son muy relevantes.
- Relaciones positivas: tan importante es que tengas buenas relaciones en el entorno laboral como que además las cuides y las potencies. ¿Alguna vez has pensado cómo hacer esto? Es importante que te concedas pequeños descansos en las tareas para preguntar a tus compañeros qué tal fue su día, si les puedes ayudar en algo y, por qué no, ir a tomar un café o una caña si la situación lo permite. Este es un factor que las personas valoramos especialmente allá donde vamos. Muchas veces, que nos encontremos bien en un trabajo va a depender de la relación que tengamos con jefes y compañeros. Esto puede marcar un futuro prometedor o convertir el que parecía un empleo soñado, en algo estresante y decepcionante.
- Sentido: este factor es precioso y está en el centro de la cuestión. Cuando uno vive sin un sentido vital, es decir, sin un propósito que le trascienda y sin una pasión, normalmente pierde el norte y la vida se le antoja vacía. Deja de apostar por el cambio, por el aprendizaje y el crecimiento. Igualmente es muy importante que en tu trabajo tengas ese sentido, ese por qué importante para ti. Busca el tuyo: ¿estás ayudando a una población concreta a lograr un recurso? ¿el servicio que ofreces es importante?. Todos los trabajos tienen un propósito que ayuda a la sociedad, pero además debes conectar con ese propósito y creer en él.
- Logro: finalmente, es importante que nuestro trabajo nos conceda la oportunidad de lograr nuestras metas, tanto personales como para la empresa o entidad. Tus objetivos pueden ser de calidad, de aprendizaje, de rendimiento,… Por ello, las tareas o funciones a las que te enfrentas deberían estar creadas para no infravalorarte, pero tampoco para ser inasequibles y crearte frustración y baja autoestima.
Sabrás que estás en el lugar adecuado si tu empleo cumple estas condiciones o si puedes poner tu esfuerzo en lograr que así sea. Y recuerda que emplear tu esfuerzo y tiempo en lograrlo, puede que tenga que pasar por buscar otro sitio que te ofrezca la oportunidad de hacerlo. No olvides nunca estos 5 pilares y encontrarás tu felicidad laboral.
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