Las consecuencias psicológicas de la Covid-19 está afectando también a entornos empresariales y corporativos. La fatiga pandémica ha provocado la desmotivación de equipos y depresiones en ámbitos laborales. Ahora más que nunca el papel de los líderes debe cambiar y debemos otorga a la salud mental de nuestros equipos prioridad máxima.
El próximo día 28 de abril se celebra el Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Después de este último año de pandemia diferentes estudios confirman que la Covid 19 ha afectado a la salud mental de muchas personas, y con ello, también a los roles laborales. Según el estudio “Las consecuencias psicológicas de la Covid-19 y el confinamiento”, elaborado por distintas universidades españolas, el 45,7% de los españoles encuestados asegura que su nivel de malestar psicológico ha aumentado durante este tiempo. La Organización Mundial de la Salud le puso incluso nombre a este estado de ánimo: “fatiga pandémica”, con el que se refiere a «la desmotivación que sentimos a la hora de seguir las conductas de protección recomendadas».
Necesitamos líderes que motiven a sus empleados, que den importancia a la empatía, escucha activa, flexibilidad y motivación. Si queremos equipos motivados será necesario que las organizaciones y empresas cuenten con líderes con habilidades blandas o “soft skills”. Un liderazgo que pase de la individualidad a la participación, del control a la confianza y flexibilidad, a la toma de decisiones en equipo como clave de éxito para tener empresas proactivas, competitivas y sobre todo equipos motivados.
La irrupción de esta nueva situación ha provocado una aceleración tecnológica. Las empresas han adquirido tecnología puntera, han ido adaptado e implementando la transformación digital de manera vertiginosa, pero sin antes realizar una transformación cultural. Es momento para pararnos y reflexionar. Antes de implementar la tecnología debemos adquirir cambios culturales, romper con estructuras clásicas y empezar a cambiar roles dentro de la organización. La transformación y aceleración digital ha supuesto un cambio importante para muchas empresas, pero la inteligencia emocional será la palanca para poder salir fortalecidos de esta crisis. Si solo contamos con tecnología, sin adquirir nuevas habilidades blandas, el proceso de transformación digital habrá fracasado.
Debemos de ser conscientes de que es necesario fortalecer la confianza del grupo y generar un buen clima que ayude a mejorar la salud mental de los profesionales. Porque si no cuidamos el bienestar emocional de nuestro capital humano, difícilmente conseguiremos objetivos empresariales. Los líderes debemos utilizar todas las herramientas a nuestro alcance, como pueden ser el humor, la confianza y la empatía para que todos rememos en la misma dirección.
Como especialista en transformación digital y desarrollo de negocio, apuesto por liderazgos y gestión de equipos desde esta perspectiva. Desde la empatía, confianza, mostrándonos vulnerables y también a través de la autocrítica. Si no somos capaces de ver nuestras debilidades será difícil que podamos mejorar para seguir siendo una empresa competitiva.
Crear un buen clima será fundamental y para esto, debemos no solo fortalecer la confianza del grupo, sino establecer diferentes prácticas y acciones que ayuden a que los lazos se estrechen. Un buen clima ayudará en la salud mental de profesionales, a la motivación y será necesario para un buen trabajo en equipo.
En definitiva, como líderes debemos desarrollar acciones que nos ayuden a pasar de la individualidad a la participación y toma de decisiones en equipo que serán la clave de éxito de empresas competitivas, proactivas e innovadoras.
Ahora más que nunca, debido a las consecuencias psicológicas de la pandemia en entornos empresariales, es necesario no solo la transformación digital, sino también la cultural y emocional en los equipos, y el «Día de la Salud en el trabajo» es un buen momento para reivindicarlo.
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