Para contestar a esta pregunta, podemos empezar por dirigir nuestra mirada a algunos de los estudios a gran escala de los que disponemos y que nos permiten profundizar sobre cuál es el terreno abonado para la experimentación de la felicidad, es decir, sobre cuál es el conjunto de condiciones estadísticamente imprescindibles sin las cuales es difícil llegar a considerarse feliz. Ruut Veenhoven es una de las autoridades mundiales en el estudio sobre la felicidad humana y las políticas nacionales que la desarrollan. Veenhoven es sociólogo, experto en Gestión Pública, psicólogo y actualmente es profesor emérito de la asignatura “Condiciones sociales para la felicidad humana” en la Erasmus University. En el año 2000, Veenhoven publicó un artículo: “Social conditions for human happiness: A review of research”, en el que establece tres niveles diferenciados para identificar esas condiciones “obligatorias” para alcanzar la felicidad. Los niveles macro, meso y micro.
En el nivel macro, el referente al estrato que supone el lugar de nacimiento (país, cultura, etc.), concluye que la felicidad va de la mano con la riqueza de la nación, el nivel de igualdad, libertad y seguridad, el nivel de calidad de sus instituciones y su modernidad.
El nivel meso, engloba a las organizaciones e instituciones a las que pertenece el individuo, tales como el colegio y la empresa. Veenhoven sólo encuentra que se relaciona con la felicidad el nivel de autonomía que el individuo siente en ellas.
Por último, en el nivel micro, el cual describe al individuo y a su pequeña esfera de relaciones personales, el estudio señala que son de importancia, como quizás cabría esperar, el estatus socioeconómico, la participación social y, por supuesto, las relaciones íntimas con pareja, hijos, familia y amigos.
Trasladado este modelo al de cualquiera de nuestras organizaciones, estaríamos hablando también de un nivel Macro, integrado por las políticas generales de la compañía, la cultura y los valores; de un nivel Meso, en el que estaría la política salarial, el modelo de liderazgo o el desarrollo de carrera; y de un nivel Micro, que incluiría la flexibilidad en el trabajo, la formación, la conciliación o las acciones llevadas a cabo en el terreno del bienestar, prevención y salud.
Todos y cada uno de esos aspectos van a tener una incidencia directa sobre la percepción de satisfacción y calidad de vida de las personas que trabajan en la organización. Pero la pregunta es, ¿realmente satisfacción y calidad de vida son Felicidad? Se ha escrito ampliamente sobre este tema por diversos autores con enfoques diferentes. En 1995, Easterlin estableció una identidad entre la felicidad humana y el bienestar subjetivo revelado o satisfacción expresada. Ese bienestar subjetivo (lo que denominó wellbeing) alude a una valoración del bienestar personal de un sujeto obtenida a través de encuesta, lo que, según él, nos lleva de algún modo a la noción de felicidad. Para los economistas, la felicidad o bienestar subjetivo no es más que una valoración de la propia vida en sí misma, al margen de los juicios psicológicos sobre el placer momentáneo, esto es, como indica Ruut Veenhoven en su trabajo anterior hace referencia a cómo el individuo evalúa la calidad global de su vida. Consecuentemente, el posicionamiento de los individuos dependerá íntegramente de una percepción individual y está ligado directamente a los dos conceptos previos de calidad de vida y bienestar, aunque para Ahuvia y Friedman (1998) estos conceptos deben incorporar dimensiones afectivas y cognitivas.
En 2015, creamos nuestro propio Modelo de Felicidad Individual y Organizacional, HAPPYNET, que aúna el resultado de los estudios que acabamos de describir y el de miles de estudios realizados en los últimos años sobre la Neurobiología de la Felicidad. Y es que a los tres niveles organizacionales descritos por Veenhoven en el año 2000, le añadimos un cuarto nivel, el CORE, que hace alusión explícita a lo que constituye el centro más básico y esencial de cualquier grupo humano, el conjunto cerebro-mente de las personas que lo integran.
El cerebro y la mente constituyen el núcleo de nuestra vida, la fuerza que impulsa o frena todas nuestras acciones. Porque por muchas vueltas que le queramos dar al concepto, lo que hoy sabemos seguro, gracias al progreso de la Neurociencia, es que la Felicidad es un estado de nuestra mente al que se llega a través de los efectos químicos de más de 60 neurotransmisores, que son los que provocan las sensaciones de plenitud, alegría, calma, plenitud, sosiego, ilusión o entusiasmo, a las que habitualmente asociamos nuestra noción de Felicidad.
HAPPYNET, Redes de Felicidad, es la respuesta a la necesidad de sensibilizar a las personas que integran la organización sobre la importancia de cuidar el cerebro y la mente a diario en algunas de las competencias básicas, que hoy sabemos generan esos péptidos de la Felicidad. Y, sobre algo que considero más revolucionario aún, trasladar que el trabajo constituye un magnifico gimnasio para llevar a cabo ese entrenamiento de recursos mentales, porque reúne todas las condiciones necesarias para fortalecer la generosidad, la gratitud, el propósito y las otras 17 competencias que logran que alcancemos ese estado de calidad mental que es la Felicidad.
Así que la respuesta a la pregunta de ¿qué puedo pedirle a la empresa para ser feliz? no es complicada de contestar. TODO, facilitándome políticas de bienestar, salud y Felicidad en este sentido de sensibilización y acceso al conocimiento de mis propios recursos y como entrenarlos; y NADA, porque la Felicidad es el resultado de un trabajo individual y es responsabilidad exclusiva de cada uno de nosotros conocer sus mecanismos, trabajarlos a diario y compartir sus magníficos resultados con los demás.
Es así, siguiendo estas premisas, como hemos extrapolado esta teoría a la práctica en nuestra Compañía. Hace tres años pusimos en marcha el área de Felicidad y desde entonces, hemos ido desarrollando diferentes acciones como el Decálogo de la Felicidad, los Desayunos con Diamantes, encuentros con personas relevantes en materia de bienestar y salud, o nuestro programa Somos Mahoufulness. Todo ello con el fin de promover la felicidad de nuestros profesionales y conseguir un entorno laboral óptimo.
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