La ciberseguridad con perspectiva de género

Octubre fue el mes de concienciación sobre ciberseguridad, y no habrá mejor momento que ahora para que las mujeres comencemos a tomar dicha conciencia. Resulta más importante que nunca que, dada la escasez generalizada de talento en ciberseguridad, aquella parte de la población que ha sido históricamente subrepresentada pase a satisfacer esta nueva demanda. 

Según varios estudios, en 2021 habrá 3,5 millones de vacantes en materia de ciberseguridad. Y por el momento, las mujeres tan sólo representamos el 24 por ciento de la plantilla. Si bien es un porcentaje superior al 11 por ciento de hace siete años, todavía nos queda mucho por hacer, siendo una cuestión compleja de atajar, ya que tiene un trasfondo sociocultural que permea en muchos elementos que damos por sentados, como la educación o las expectativas.

Aumentar la participación de las mujeres en el ámbito de la ciberseguridad y exponerlas como referentes —no sólo en las carreras STEAM, sino también en aquellas profesiones relacionadas con las ciencias sociales, tales como la comunicación corporativa, la psicología o las relaciones internacionales, entre otras—, es de suma relevancia.

Desde que acabé mi licenciatura en Comunicación y Marketing en Buenos Aires, Argentina, he vivido en diferentes países y trabajado para multinacionales pertenecientes al sector de la energía, las telecomunicaciones y los FMCG, para terminar consolidando mi trayectoria profesional, hace ya varios años, en el de la tecnología y la ciberseguridad. 

Han sido la curiosidad, la pasión por innovar, aprender y arriesgar los factores que han contribuido a que, no sólo me haya desarrollado en una industria que me parecía tan nueva como desconocida, sino también a formar parte de la dirección de una gran empresa, líder en lo suyo. 

Y eso es lo que, de manera progresiva, estamos haciendo; involucrar a más mujeres en el proceso de toma de decisiones, en los comités de dirección. La diversidad de género, con perspectiva, enriquece a la compañía con nuevas formas de liderar que potencian su crecimiento, así como nuevas experiencias que impulsan al equipo humano que las integra.

Por otro lado, los retos actuales a los que nos estamos enfrentando en el sector de la ciberseguridad son cada vez más complejos; especialmente aquellos derivados de la nueva interpretación del riesgo. El riesgo es un concepto moderno y un reflejo de la evolución de las famosas “cyber checklists”, que plantean la gestión de las ciberamenazas desde un punto de vista integral. 

Entre las tendencias de 2020 y 2021 en materia de ciberseguridad, está la creciente preocupación por la seguridad de los datos almacenados en la nube. Según Forbes, alrededor del 80 por ciento del trabajo de las empresas ya se ha trasladado a la nube, implicando que los servicios de cloud pueden, y serán, uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes, por lo que será necesario crear infraestructuras y sistemas informáticos que garanticen la seguridad, evitando toda fuga de información sensible. 

También el teletrabajo continúa siendo una ciberamenaza, con múltiples usuarios conectados a Internet desde redes que pueden ser, o no, seguras. Los propios empleados y su grado de formación con respecto a los riesgos potenciales es, por el momento, una de las mejores apuestas en ciberseguridad.

Ahora, que ya hemos comprendido que el riesgo es inevitable, podemos incluirlo como una variable más que de apoyo—en dosis medidas— al éxito empresarial. En este sentido, aceptar el riesgo, claramente articulado, debe dar a las organizaciones la óptica suficiente como para poder analizar cuánto riesgo desea y es capaz de asumir, llevándolo al plano estratégico que acabe guiando su inversión en ciberseguridad. 

Es por ello que resulta de vital importancia que todas las organizaciones tengan un proceso de gobernanza subyacente que facilite la toma de decisiones. A lo largo de los próximos años vamos a ser testigo de un auge de la ciberseguridad, lo que conllevará la aparición de referentes en la lucha contra la ciberdelincuencia. ¿Qué mejor manera de enfrentarnos a este futuro que animando a las mujeres a liderarlo?