En los últimos años las organizaciones han ido evolucionando sus estructuras, su cultura, sus procesos de trabajo, y la tecnología viene jugando un papel fundamental como habilitador. El confinamiento ha puesto a prueba estos nuevos hábitos, tanto en nuestro modo de consumir, de prestar servicio, de gestionar equipos y personas, e incluso de comunicarnos.
Desde Randstad Technologies no podemos afirmar haber detectado una generación de nuevas necesidades post covid, pero sí una toma de conciencia mucho más explícita de una necesidad que algunos podían tener de manera latente.
Tendencias como blockchain han cobrado especial relevancia cuando se ha hablado del pasaporte sanitario. Del mismo modo, el Big Data ha cobrado relevancia para analizar el comportamiento de la pandemia, y los canales venta ya sean móviles o a través de web han sido vitales para poder reducir la movilidad manteniendo la posibilidad de comercio.
Ninguna de estas tendencias es nueva ni reciente. Pero por un lado han impactado en un usuario tardío, y han servido para que organizaciones con estructuras sólidas en el ámbito tradicional de su actividad, perciban con claridad la necesidad de construir su reflejo digital.
Del mismo modo hemos visto desarrollar productos y proyectos, que se han aterrizado bajo filosofías ágiles, construidos de manera veloz alrededor del usuario, para lanzar rápidamente un producto mínimo viable con el que se pudiera mantener el nivel de servicio, de contacto o de ventas. Tampoco estas metodologías pueden ni deben ser consideradas una novedad, pero la implantación de las mismas en muchos casos se ha acelerado de manera sorprendente, cuando la realidad no ha dejado otra opción, eliminando resistencias que anteriormente a la irrupción de la pandemia parecían invencibles.
El entorno VUCA (volátil,incierto, complejo y ambiguo) en el que nos movíamos anteriormente, ya exigía este tipo de modelos para ser competitivos. El nuevo nivel de incertidumbre al que nos hemos enfrentado, ha convertido la ventaja competitiva en necesidad.
En los próximos meses creemos que las organizaciones continuarán acelerando esta transformación. Una transformación que el mercado ya venía pautando, y que ha dejado de ser una opción. Cambiarán culturas, y procesos productivos y de ventas. Cambios que el mercado ya demandaba, y pasa a exigir. Y la tecnología continuará jugando un papel fundamental como habilitador.
“Suele decirse que el éxito de la implementación de un sistema de información se mide por la cantidad de Excels que deja atrás” y en el entorno actual, contar con información precisa, estructurada y automatizada en tiempo real, a través de sistemas distribuidos está elevando al Big Data a ser crítico en los negocios. Si el perfil de Data Scientist venía siendo clave en las organizaciones, va a pasar a ser una figura de mucho más impacto.
Desarrolladores de aplicaciones web, y desarrolladores de aplicaciones móviles continuarán siendo un pilar sobre el que fundamentar los canales de comunicación, ya sean internos o externos. A ellos les acompañarán Scrum Masters, DevOps y Agile Coach, que han de acompañar a las organizaciones que ayuden a implementar nuevos modelos de trabajo descentalizados que permitan un lanzamiento ágil de nuevos productos que puedan probarse rápidamente en el usuario, y pivotar en función del resultado.
Aquellas organizaciones que no estuvieran con sus sistemas alojados en la nube, y/o con accesibilidad remota desde cualquier dispositivo, han apuntado un “To Do” urgente en sus agendas, por lo que continuará incrementándose la demanda de Arquitectos Cloud.
Por supuesto este incremento de la digitalización no ha sido ajeno a los “malos”, y el papel que juega la ciberseguridad va a cobrar más notoriedad. Quien no estuviera sensibilizado con la misma, habrá podido experimentar en estos meses que tanto el aspecto técnico, como la concienciación de los usuarios son fundamental para salvaguardar el negocio, en un momento donde la actividad remotizada promete acelerarse también en su implantación.
Los cambios que nos dicen que nos trae la Covid, realmente no los trae la Covid. Cada uno de los cambios que la pandemia o el confinamiento están impulsando, eran transformaciones que ya estaban o venían, y el virus y su impacto social han actuado como alerta para acelerarlos. Los perfiles tecnológicos que habilitarán estos cambios ya eran altamente demandados, y este impacto les convierte en más visibles y relevantes.
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