Las tecnologías con cambios exponenciales y la diversidad generacional, entre otros factores, llevan a las organizaciones a enfrentarse a desafíos sin precedentes para adaptarse y cambiar rápidamente para continuar con su actividad. Asimismo, en los últimos meses, motivado por la pandemia, se ha añadido un acelerador de cambio en las empresas que las obliga a replantear el futuro del trabajo, a través del rediseño de espacios físicos y la adopción de modelos de trabajo más flexibles.
En esta situación, hay tres probables escenarios en la forma de trabajar. En primer lugar «contenido del trabajo» (¿qué hago?). La tendencia de la economía gig (también conocida como economía colaborativa, o economía de los freelance, que ha generado una gran cantidad de empleos en la última década) lleva a cambios en las relaciones laborales entre empresas y empleados, con más autonomía e independencia. Las expectativas y motivaciones en el trabajo demandan un liderazgo más adaptativo e inclusivo. Además, la robotización permitirá distribuir de otra forma las actividades.
Según Ângela Martins, People Director & RH Consultancy Manager de AV Group: «un escenario probable en las organizaciones es dinamizar las descripciones de puestos, para ajustarse mejor a las necesidades de cada momento y así retroalimentar a los profesionales en el mercado de trabajo, dónde el aprendizaje continuo, a nivel individual y de competencias, sea el motor que garantice la continuidad de proyectos que aporten valor».
En otro escenario, estarían «los procesos y metodologías de trabajo» (¿cómo lo hago?). A parte de la adaptación natural de contenidos en los puestos de trabajo, otro cambio organizacional, mucho más evidente, es la forma de cómo se ejecuta el trabajo a día de hoy. La digitalización y la adopción de metodologías ágiles permiten acceder a más información y reaccionar de forma más rápida, pero no se logra el éxito si las personas no perciben su valor.
«Un escenario posible en las organizaciones es involucrar los profesionales en analizar los procesos existentes e identificar los puntos de dolor, previamente a la implementación de nuevos procesos o metodologías, solo así queda claro para todos el problema que hay que solucionar. Este abordaje es lo que verdaderamente permite la adopción de los nuevos procesos y metodologías, debido a que abre paso a usarlas en la innovación del futuro», indica la directiva de AV Group.
El tercer escenario sería «el propósito» (¿para qué lo hago?), donde el contenido y la forma de trabajar son las palancas clave, que permiten llevar el negocio con éxito y adaptar respuestas a los distintos contextos de cambio que van surgiendo.
Si a ello se suma una conexión con el propósito de la organización, se puede obtener inmediatez en un ecosistema mucho más coherente. Un escenario probable es que las organizaciones definan propósitos que inspiren una comunidad de seguidores y dónde se genere el negocio a consecuencia, bien como la forma de comunicar con los clientes y la innovación en los productos y servicios.
Ângela Martins concluye: «El futuro llega más rápido de lo que podamos pensar, por eso es conveniente un enfoque de gestión del trabajo basado en tres palancas: contenidos, procesos de trabajo y propósito. De esta forma, conseguiremos una sostenibilidad del negocio y una mejor capacidad de adaptación a contextos de cambio en las organizaciones comprometidas con el futuro del trabajo«.
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