Si algo ha quedado claro después de la crisis causada por la pandemia de coronavirus, es que ya no trabajaremos como antes, y que el trabajo a distancia está aquí para quedarse. Por lo tanto, es fundamental que las organizaciones pongan en marcha planes para el nuevo escenario al que nos enfrentamos, en el que la digitalización ha tenido un peso innegable pero también ha dejado muy clara la importancia de los empleados en las organizaciones.
En este contexto, nos enfrentamos a dos necesidades: en primer lugar, digitalizar y automatizar al máximo el departamento de recursos humanos -que hoy en día consume más del 40% de su tiempo en tareas administrativas- y, en segundo lugar, centrarnos en las personas para responder a las nuevas necesidades y prepararnos para los retos de este nuevo escenario.
¿Cómo hacerlo?
Es necesario construir nuevas estructuras con rutinas y herramientas, transmitir la cultura de la empresa adaptada a la situación, ajustar todos los procesos a distancia (contratación de empleados, por ejemplo) y ofrecer todas las herramientas posibles para hacer del teletrabajo una nueva fórmula en la que se garantice no sólo la productividad sino también las relaciones humanas.
Es clave entender que cada empresa desarrollará un plan de recuperación diferente que se basará en las características y la cultura corporativa de cada empresa (número de empleados, tamaño de la oficina, filosofía, etc.). Para desarrollar dicho plan, es importante saber que la recuperación se presenta como un proceso lento pero constante. Al mismo tiempo, será esencial que los directores de recursos humanos tengan en cuenta la diversidad de las expectativas individuales de los empleados para apoyarlos durante la transición.
Por ejemplo, el teletrabajo debería formar parte de los planes de retorno como un elemento más a considerar. Hoy en día en España alrededor del 88% de las empresas trabajan a distancia, frente al 4,8% que ya teletrabajaban al menos una parte de su jornada laboral antes de la crisis, según cifras del Vector ITC. Esta modalidad se incrementará, incluso una vez finalizada la pandemia, ya que tanto los trabajadores como las empresas han experimentado las ventajas de esta forma de trabajo, especialmente en lo que se refiere a la conciliación de la vida personal y profesional.
También encontramos multitud de estudios que revelan que ofrecer horarios de trabajo flexibles es una de las principales medidas que pueden adoptar los empleadores para ayudar a aliviar el estrés y aumentar el bienestar de los trabajadores. En lo que respecta a los empleados, dicen que añadir a las actividades de la empresa programas de bienestar mental ayudaría a su estabilidad. La pandemia fomentará esta tendencia, ya que ha demostrado a las empresas que la salud, la seguridad y el bienestar de las personas es una prioridad máxima.
En este escenario, la transformación de los modelos de talento y la digitalización de las cadenas de valor en cada empresa será un pilar fundamental sobre el que construir junto con el bienestar de los trabajadores. Ayudar a los empleados en su bienestar físico, emocional y mental será uno de los principales objetivos de los departamentos de Recursos Humanos.
De cara al 2021, el coronavirus definirá el papel de las empresas, el trabajo a distancia y la transformación del aprendizaje corporativo. Para bien o para mal, recursos humanos se basará en lo que realmente importa: las personas.
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