La crisis del COVID-19 ha revolucionado, en poco tiempo y con gran intensidad, los estilos de vida asentados en nuestra sociedad. Este cambio está poniendo sobre la mesa el reto de adecuar los entornos profesionales y personales, provocando que compañías y trabajadores tengan que reinventar sus modelos de trabajo para adaptarse a la nueva situación.
Los equipos de recursos humanos han visto potenciado su rol y visibilidad, informando, coordinando y aportando tranquilidad a los empleados. La cercanía a las personas pasa a ser aún más clave en estos tiempos de deslocalización y trabajo en remoto. Si ya era relevante para la gestión de personas el mantener el vínculo entre empresa y trabajadores, en el contexto en el que viviremos a partir de ahora cobra aún mayor importancia. La identificación con los valores corporativos, el orgullo de pertenencia, las relaciones sociales e interpersonales y la innovación fruto del trabajo en equipo solo serán posibles y sostenibles si somos capaces de mantener dicha vinculación. Todo se resume en estar cerca, aunque se esté lejos.
La denominada “nueva normalidad” en el ámbito laboral nos enfrenta al reto de construir modelos nuevos de trabajo con los que, en algunos casos, ya se había experimentado a través de planes de flexibilidad horaria y teletrabajo parcial. Se prevé que, tras la pausa estival, muchas compañías vivan un momento de redefinición de la nueva estructura laboral que inicialmente parecía temporal, pero que pasará a ser permanente: el nuevo teletrabajo.
En HomeServe llevamos tiempo apostando por modelos de trabajo mixtos, y desde antes de esta crisis contábamos con HomeServe Concilia, un completo plan de conciliación y flexibilidad que ofrecía la posibilidad de teletrabajar a jornada completa a un grupo significativo de empleados de nuestros centros de atención de llamadas, así como algunas horas o días puntuales al personal de estructura. Gracias al desarrollo previo de este proyecto pudimos, cuando se decretó el estado de alarma, implantar el teletrabajo para prácticamente el 100% de nuestra plantilla – casi 1400 personas en toda la geografía nacional – con la mayor rapidez y eficacia.
Para que el teletrabajo sea una solución completa y adecuada para todas las partes, es necesaria la medición de la productividad, del clima laboral y de la vinculación de las personas a los entornos empresariales. La frase que tanto estamos escuchando en las últimas semanas, de “el teletrabajo ha llegado para quedarse”, es una realidad, pero no debemos perder de vista que somos seres sociales. Todavía hay que resolver el problema de la socialización, el sentimiento de pertenencia a una compañía compartiendo sus valores y cultura y la conectividad. Necesitamos trabajar unidos en determinados proyectos y entornos. En muy pocos meses, hemos salido de la zona de confort y es fundamental la transparencia, y volcar todos los esfuerzos en la comunicación interna, para que las personas se sientan seguras y mantengan, o incluso incrementen, su sentimiento de pertenencia a la compañía, pese a la distancia física.
Este nuevo paradigma cuenta con multitud de ventajas para empresa y empleado. El estudio “El Teletrabajo en España”, realizado por HomeServe, pone de manifiesto la percepción que los españoles tienen acerca de esta modalidad que hasta hace poco apenas se aplicaba en nuestro país.
Según este estudio, el teletrabajo tiene numerosas ventajas. El 61% de los encuestados señala que el principal beneficio es evitar los desplazamientos diarios, además de la conciliación, que es la siguiente ventaja más repetida y seguida por la percepción de una mayor productividad. Además, desde el punto de vista del empleador, nos ofrece la gran oportunidad de contratar talento sin tener limitaciones geográficas, además de ofrecer la posibilidad de contar con una mayor flexibilidad horaria. De esta manera, el trabajo en remoto abre un nuevo abanico de oportunidades a la atracción y vinculación del talento.
Sin embargo, pese a todas las ventajas que ofrece el teletrabajo, durante estos meses muchas compañías y trabajadores han detectado algunos puntos a mejorar. Los principales inconvenientes percibidos según este estudio están relacionados con la adaptación del puesto de trabajo a un nuevo espacio físico, el hogar. En este sentido, más de un 54% de los encuestados afirma que la principal desventaja que presenta el trabajo en remoto es no contar con las instalaciones necesarias en casa, seguido por factores como la dificultad de identificar y solucionar problemas de conectividad o suministro eléctrico en casa.
En HomeServe somos especialistas en ofrecer productos para el cuidado y mantenimiento del hogar, y queremos contribuir con nuestro conocimiento y experiencia a solventar estas nuevas dificultades, ayudando a nuestros clientes a adaptar sus hogares a la nueva necesidad del trabajo en remoto – y el estudio en el caso de hogares con niños y jóvenes -. Así, hemos desarrollado una solución para particulares, autónomos y las propias empresas que deseen ofrecerlo a su equipo.
Plan Teletrabajo ofrece todas las opciones para ayudar a las personas a adaptar sus hogares al trabajo y estudio en remoto. Desde montar una silla, una mesa de trabajo o una estantería, hasta mejorar la conectividad, instalar puntos de luz, o sistemas de seguridad informática. Para cualquier trabajador, es fundamental contar con unas condiciones ambientales adecuadas, que garanticen no solo su confort, sino también su ergonomía, seguridad y salud.
Así pues, vamos a vivir en los próximos meses y años una auténtica reinvención de los entornos y modelos de trabajo donde la experiencia del empleado se situará aún más en el foco de la gestión empresarial. Será una herramienta de atracción de talento, de conciliación entre vida laboral y personal pero, sobre todo, un vehículo para generar compromiso y sentimiento de lealtad hacia la empresa. Una lealtad que sin duda tiene que ser recíproca y se refleja en la protección de los trabajadores y la búsqueda de soluciones que favorezcan tanto a las personas como a las compañías.
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