Mucho se ha escrito en los últimos tiempos acerca de los cambios que se están produciendo en los entornos de Tecnologías de la Información y Comunicaciones y, en particular, sobre nuevas tecnologías y metodologías de trabajo que han aparecido, cuyo principal objetivo es cubrir unas necesidades de negocio cada día más exigentes para cualquier empresa que requiera de la tecnología para producir sus servicios.
Hay varios factores que conforman el crecimiento en este sector:
- El crecimiento en el número de equipos conectados a Internet. Cisco, en su informe “Annual Internet Report (2018–2023)”, apunta a una tasa anual de incremento en el periodo del 10% y estima que en 2023 el número de dispositivos conectados a redes IP será más de 3 veces la población mundial: unos 29.300 millones. Es razonable, por tanto, establecer una relación directa entre este incremento y la necesidad de un mayor número de profesionales dedicados a la gestión de estas infraestructuras.
- El mismo informe afirma que las amenazas de ciberseguridad sufren un aumento más que significativo año tras año, por lo que cualquier empresa o usuario con conexión a redes necesita invertir en su protección. Además, el “2020 Roundup Of Cybersecurity Forecasts And Market Estimates”, de Forbes observa la necesidad de incremento del gasto en ciberseguirdad tanto en nueva infraestructura (“in-house”) como en servicios en la nube. El mercado global de ciberseguridad crecerá un 86% hasta 2026 (hasta los 270.000 millones de dólares), y el 77% del gasto corresponderá a servicios de seguridad gestionados por terceros.
- La transformación digital en las empresas. La inversión en tecnología se centra en la constante búsqueda en la mejora de los servicios, las nuevas formas de producirlos (metodologías Agile, DevOps…) y mayor eficiencia en el modo de ofrecerlos y administrarlos (entornos Cloud, redes SDN, automatización…) Según el informe de Gartner “2019 Strategic Roadmap for Networking”, lo principal es conseguir gestionar adecuadamente los cambios tecnológicos en un entorno donde se observa escasez de perfiles profesionales con formación en estas nuevas tecnologías.
Los responsables de I&O deben dejar de pensar de forma tradicional y comenzar a prepararse para una nueva forma de administrar y operar sus infraestructuras marcada, principalmente, por la escasez de profesionales para realizar estas tareas. Empresas como Randstad (“La digitalización: ¿crea o destruye empleos?”) afirman que en los próximos años habrá un claro desequilibrio entre oferta y demanda respecto al número de ingenieros STEM (las siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). La brecha en España será aún más evidente durante la próxima década.
El cambio como solución
Con el panorama descrito hasta el momento, se convierte en un factor crítico para el éxito de cualquier empresa un cambio de mentalidad en cuanto a la gestión de sus infraestructuras y la producción de sus servicios que permita “hacer más con menos”. Más allá del tan manido término de la “cuarta revolución industrial”, este es un proceso que conlleva la industrialización de la producción de servicios TIC y, como pieza básica de ese desarrollo, la industrialización de la administración y operación de las infraestructuras sobre las que se apoyan dichos servicios.
- Cambios tecnológicos: la incorporación a la tecnología de nuevas técnicas de orquestación y automatización de tareas relacionadas con las infraestructuras. Algunos ejemplos claros son la autoprovisión de servicios en entornos Cloud (IaaS, PaaS, …), las nuevas tecnologías SDN, que permiten administrar y gestionar de forma orquestada los elementos de red que componen un Data Center, una red WAN o Campus; o las nuevas características de los elementos de red relacionadas con la programabilidad y, por tanto, la automatización de tareas propias de los administradores de las infraestructuras, como pueden ser la provisión de servicios, la ejecución de tareas de comprobación para cumplimiento normativo o la realización de mantenimientos preventivos.
- Cambios en los modelos de producción: En paralelo, se ha producido una clara evolución de la producción software gracias a nuevos métodos mucho más ágiles que conllevan una integración y despliegue continuos de nuevos productos y servicios. Esto ha supuesto una mayor implicación en esta tarea de los responsables de la infraestructura. Ingenieros de sistemas, tradicionalmente, pero también de redes y seguridad se han integrado en los equipos de trabajo junto con los desarrolladores de aplicaciones con el objetivo de apoyarlos y reducir al máximo los tiempos de integración y despliegue de las mismas (metodologías ágiles, entornos DevOps,…).
- Cambios en los perfiles profesionales: Las empresas necesitan de profesionales que las acompañen en esta transformación, lo que debe suponer la adaptación y crecimiento de los perfiles profesionales tradicionalmente involucrados en la administración de infraestructuras TIC. Las líneas de separación entre distintos grupos tecnológicos son cada vez más delgadas, de modo que las nuevas tecnologías (Cloud, SDN, AIOps, …) y los nuevos modelos de producción de servicios requieren de profesionales con un conocimiento más transversal y con mayor capacidad de interacción con sus compañeros. Esto puede ser una barrera difícil de franquear para profesionales senior, que pueden llevar años centrados en su metodología y ámbito de trabajo y en el perfeccionamiento de su conocimiento matriz (las redes, la seguridad, el Data Center, …). Sin embargo, el nuevo entorno TIC requiere la adaptación, la adquisición de nuevo conocimiento y la aportación de nuestra experiencia en ese cambio.
La gestión del talento como solución
Por tanto, los responsables de departamentos de I&O deben centrar sus esfuerzos, más que nunca, en una transformación de sus equipos de trabajo para poder acompañar la pretendida transformación digital de sus empresas. Desde este punto de vista, algunos de los ámbitos que deberán considerarse son los siguientes:
- Un conocimiento transversal que aúne no solo el conocimiento tecnológico, sino que además nos permita entender las necesidades del negocio al que servimos (telecomunicaciones, sanidad, transporte, distribución,…). en este sentido, las universidades llevan años reaccionando, apareciendo en su oferta de grados y masters, nuevas carreras mixtas que permiten una formación dual a los nuevos profesionales tic (ingeniería informática y administración y dirección de empresas, telecomunicaciones y aeronáutica, ingeniería de datos e ingeniería de telecomunicación, física e ingeniería industrial, …). Los profesionales senior, por su parte, han paliado estas carencias formativas mediante la formación práctica y su experiencia de años de trabajo, abriendo su mente para poder entender las necesidades de la empresa y la solución técnica que puede cubrirlas.
- Habilidades personales: Según la empresa de servicios de recursos humanos Randstad (“Los perfiles tecnológicos profesionales más demandados de hoy a 2020”), en cualquier proceso de selección, además de la formación, la especialización o la experiencia, las empresas valoran cada vez más en los candidatos otras habilidades no técnicas como pueden ser la flexibilidad, el compromiso, la capacidad de comunicación o el trabajo en equipo. En el caso de los entornos TIC, a veces abstractos y complicados de entender, conseguir entender los objetivos de los responsables de producción o de negocio, adaptarse a sus necesidades, trabajar codo con codo con ellos y empatizar con sus preocupaciones, tratando de trasladarles información adaptada a su conocimiento tecnológico, es una parte vital del profesional TIC.
- Conocimientos técnicos: Hasta hace unos años, la experiencia y especialización eran la clave para disponer de equipos preparados para implantar, administrar y gestionar las infraestructuras existentes. En la actualidad, más allá de estos dos valores, existe una necesidad de formación tecnológica transversal que permita al técnico o ingeniero afrontar su día a día con un nuevo enfoque, buscando no solo la ejecución de su trabajo diario sino la optimización de este, reduciendo los tiempos de entrega y minimizando los posibles errores humanos.
– Conocimiento base extenso: el nuevo ingeniero de infraestructuras debe tener un conocimiento base en múltiples disciplinas tecnológicas que le permita disponer de habilidades para afrontar las nuevas soluciones que están apareciendo en el mercado (SDx, Cloud, Seguridad, …). Así, al menos, un ingeniero junior debe tener formación en entorno de comunicaciones (routing, LAN switching y WIFI), servicios IP (protocolo TCP/IP, servicio de nombres DNS, DHCP, SNMP, etc), seguridad (bastionado de elementos de red y sistemas, integración de elementos de seguridad en una arquitectura de red y sistemas, etc.) y, por último, un importante conocimiento de sistemas (principalmente en sistemas operativos Linux y arquitecturas de almacenamiento como base para poder afrontar la optimización de su trabajo mediante la programabilidad y la automatización).
– Conocimiento base avanzado: destaca el conocimiento en soluciones de comunicaciones recién llegadas al mercado (como son las redes basadas en software, la virtualización de entornos de red y, principalmente, las soluciones de orquestación de infraestructuras). Así como la experiencia en infraestructuras de seguridad y balanceo que les serán útiles para la abordar diseños de nuevas arquitecturas de seguridad. Por último, como base para la programabilidad y automatización, objetivo fundamental en la adquisición de nuevas habilidades tecnológicas que permitan optimizar el rendimiento del trabajo del profesional I&O, en SATEC se apuesta por la formación en tecnologías de virtualización de sistemas, arquitecturas Docker y soluciones en nube.
– Área de Optimización: la automatización de tareas mediante pequeños scripts o herramientas que nos permiten la optimización de nuestro trabajo será objetivo de cualquier ingeniero de red, seguridad, sistemas u OSS, con formación y capacidad para ejecutar scripts, más o menos complejos, en lenguajes de programación sencillos. En este sentido, en SATEC llevamos tiempo formando a nuestros equipos de tecnología en estas herramientas (principalmente Ansible, por su capacidad “agent-less”, pero también en otras como Puppet o Chef) y en Python como lenguaje de programación.
– Área de especialidad: Con los conocimientos anteriores bien consolidados, cualquier ingeniero de I&O tendrá capacidad para poder desarrollar su carrera profesional en el sector, permitiéndole dicha base de conocimiento afrontar nuevos retos y crecer profesionalmente en base al área de especialidad que, o bien su elección o las posibilidades de su puesto de trabajo, le permitan: Ciberseguridad, Data Center, Telco Networking, Enterprise Networking, BSS/OSS, …
Desde nuestro punto de vista, según nuestra experiencia de más de 30 años en el sector de las Telecomunicaciones, estamos convencidos que la única forma de abordar los nuevos retos que la evolución de los entornos TIC nos está demandando pasan por la inversión en la transformación y formación de nuestros equipos. Del mismo modo, como profesionales especializados en la infraestructura de entornos de red, sistemas y seguridad, entre otros, consideramos que, nuevamente, estos retos supondrán un esfuerzo de adaptación para todos los trabajadores de los entornos I&O.
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