El gestor ideal en tiempos de COVID-19

El viernes 13 de marzo de 2020 fue el último día de la “antigua normalidad” para la mayoría de las empresas en España. Al día siguiente, se declaró un estado de alarma que muchos no imaginábamos cómo iba a cambiar nuestras vidas. El estado de alarma ya ha terminado, pero estamos lejos de recuperar aquella “antigua normalidad”. En términos empresariales, esta situación ha sido un golpe duro y repentino. Al empresario le asaltan algunas dudas: “¿Cómo va a afectar esta situación a mi empresa? ¿Tengo que hacer un ERTE? ¿Cómo voy a hacer frente a los pagos que tengo en los próximos meses si mis ingresos se han reducido? ¿Qué ayudas económicas está dando el Gobierno a las empresas? ¿Tengo derecho a solicitar alguna? ¿Cómo las puedo solicitar?”. Con cada nueva comparecencia del Gobierno, con cada Real Decreto que se ha ido publicando desde aquel 13 de marzo, la información ha ido en aumento al mismo ritmo que la incertidumbre del empresario.

Lo único cierto es que el empresario se enfrenta a una amenaza que no había previsto para este 2020. La 15a edición del Informe Global de Riegos (The Global Risks Report 2020), que publica cada año el WEF (Foro Económico Mundial) con el apoyo de Marsh & McLennan, clasifica las preocupaciones y amenazas sobre la prosperidad mundial, basándose en los comentarios de expertos mundiales consultados. Dentro de dichas preocupaciones no se encontraba el riesgo de sufrir una pandemia. Así, sin previo aviso, irrumpe en el panorama económico mundial la COVID-19 dejando entrever su vulnerabilidad ante una crisis sanitaria. En España, como en la mayoría de los países, llegó a nuestras vidas el confinamiento obligatorio para evitar el colapso del sistema de sanidad pública y, con este, la reducción o incluso el cese de actividad de la mayoría de los sectores empresariales.

Tranquilidad vs incertidumbre: ¿puede un empresario sentirse seguro y tranquilo en tiempos de COVID-19?

A pesar del inicio de una nueva crisis económica, un empresario puede sentirse seguro a condición de contar con las herramientas necesarias para hacerle frente. Aquí es donde entra la figura del buen gestor, el cual:

• Informa: mantiene al día al empresario de su situación financiera y de las nuevas medidas económicas que le afecten o le puedan afectar en un futuro.
• Comunica: la comunicación con el cliente es constante y fluida, atendiendo diariamente las cuestiones que puedan surgir.
• Asesora: la elaboración de informes contables y financieros son esenciales con el fin de que el empresario sepa en cada momento en qué situación económica está la empresa y pueda hacer previsiones futuras.
• Gestiona: se hace cargo de gestionar todas las obligaciones ante la Administración.

Con el estado de alarma, la crisis sanitaria y la incertidumbre frente a una crisis económica mundial, un empresario debe identificar cuáles son sus prioridades en todo momento, tener capacidad de respuesta rápida y saber crear oportunidades para no entrar en pérdidas o, incluso, obtener beneficios. Es ahí donde el respaldo de un buen asesor proyecta todo su valor.

¿Cuáles son las tres prioridades de una empresa en el entorno actual COVID-19?

1. Gestión de su liquidez: mediante financiación externa, contención/reducción de costes, seguimiento de cuentas a cobrar y planificación fiscal.
2. Acuerdos con trabajadores
3. Elaboración de planes de comunicación interna y externa

La actualización de sus datos económicos, financieros y analíticos reportados por su gestoría, serán relevantes para la toma de decisiones ante estas tres prioridades.

Digitalización de procesos y Economía de Bajo Contacto

Con la aparición en escena de la pandemia de la COVID-19, las reglas de contacto social han cambiado de forma radical en todo el mundo. Esta nueva realidad está teniendo implicaciones muy profundas en las empresas, ya que la mayoría de nuestras actividades económicas y sociales requieren del contacto. Por ello, en este nuevo entorno, es necesario que las empresas se adapten a lo que se ha llamado la Economía de Bajo Contacto, preparándose para implementar medidas de distancia social, precauciones de higiene y limitación de aglomeraciones, digitalizaciones de eventos, teletrabajo, etc. En esta línea, es admirable que en dos meses las empresas hayan realizado más cambios que en los últimos diez años en su digitalización.

Una buena empresa gestora tendrá que estar al día en las últimas soluciones tecnológicas relacionadas con la obtención de los datos económicos y financieros de sus clientes, actualizados en el momento, para dar respuesta a esta necesidad impuesta por la nueva Economía de Bajo Contacto. Un ejemplo pueden ser los portales o las intranets de uso exclusivo para clientes que, con todas las garantías de confidencialidad, proporcionan una vía de comunicación telemática, segura y adaptada a los tiempos.

Conclusión

La figura de un buen gestor es imprescindible para que el empresario se sienta seguro, confiado y capaz de hacer frente a la “nueva normalidad”, centrándose en dirigir su negocio, pensar en nuevas oportunidades, estrategias de marketing, etc. De los asuntos con la Administración, Hacienda, Impuestos, ayudas, etc., se tiene que ocupar un profesional, el gestor, que con sus soluciones y experiencia proporcionará seguridad al empresario y la base sobre la que seguir creciendo.  

Hay empresarios que se sienten inseguros en cuanto al futuro incierto que tenemos por delante. Otros confían plenamente en su gestor y saben qué herramientas utilizar para construir el nuevo futuro.

Y Usted, ¿en qué grupo está?