A mi amigo Alfonso Callejo

Después de la última junta de accionistas de Acciona celebrada el pasado día 28 de mayo, se ha hecho oficial algo que, para algunos que ya teníamos noticia de ello, no ha sido una sorpresa: Alfonso Callejo, Director General de Recursos Corporativos, el próximo mes de julio, y tras trece años en el cargo, abandonará la compañía.

Soy de la opinión, y así lo he llevado a cabo a lo largo de mi ejercicio profesional, de que las empresas y los ejecutivos, después de cierto tiempo, tienen que renovarse, cambiar, ya que, en ambos casos, es una necesidad vital. Para la compañía, ideas renovadas y diferentes objetivos. Para el directivo, proyectos a emprender y nuevos retos que aumentan la motivación y el desarrollo personal.

Pero eso no quita que, cuando el protagonista es un amigo, te produzca algo de nostalgia y te vengan a la memoria muchos recuerdos.

Alfonso, te conocí gracias a José Luis Gómez Alciturri cuando éste dejaba la presidencia de la Asociación Española de Directores de Recursos Humanos (AEDRH) y me dijo que la persona idónea para sucederle eras tu. Y no se equivocó.

Tras seis años presidiendo AEDRH, tu obra está ahí y, coincidiendo con que hoy se elige la nueva junta directiva, es buen momento para recordar que, sin ti, muchos de los retos que nos marcamos cuando la constituimos para ser el referente entre los máximos responsables del departamento de recursos humanos, no se habrían logrado.

Desde nuestro primer encuentro en el Hotel Don Pío, allá por el año 2012, hasta el pasado noviembre que decidiste, libre y voluntariamente, no seguir al frente de AEDRH (a pesar de que, infructuosamente, intenté que cambiaras de idea), en mi memoria tengo muchos momentos buenos (los más) y alguno que otro no tanto, casi siempre por culpa mía o de terceras personas. Pero eso no ha hecho más que ratificar el carácter y el talento que tienes.

Eres una persona dialogante, tranquila, inteligente, pausada, culta y de fácil conversación, siempre con una sonrisa picarona que te mira a la cara y que te rebate, con argumentos, su postura frente a la tuya, aceptando que puedas tener razón o que no, lo que hace que el debate resulte mucho más productivo y acertado.

Trabajador incansable, tan pronto llamas desde Australia, o desde Méjico o Singapur, aunque tu lugar preferido sea Menorca, donde, en cuanto puedes, acompañado de tu querida Mercedes, te retiras a recuperar fuerzas que, de vez en cuando, falta te hacen por esa vida laboral tan activa y densa que has llevado.

Como eres buen planificador, llevas preparando tu marcha de Acciona hace tiempo, al igual que hiciste con AEDRH. Sé que estás contento porque tienes por delante un nuevo reto: elegir, de las muchas opciones que te están planteando, aquella que más te motive y atraiga. Acertarás en la elección y mucho más la compañía que tenga la fortuna de contar con tu experiencia y buen hacer.

Tras más de trece años en Acciona, has decidido iniciar una nueva etapa profesional y sabes que todos los que nos consideramos tus amigos (y somos muchos) te deseamos lo mejor y puedes contar con nosotros para lo que necesites.

Tenemos una comida pendiente, que ahora que, por el momento, vas a tener algo de tiempo libre, no podemos dejar de celebrar, ya que son muchos los temas que tenemos que tratar y estoy deseando ver la alegría y la motivación que tienes actualmente y que detecté el pasado viernes cuando hablamos.

Soy un empresario del sector de los recursos humanos, pero de la función sólo conozco aquello que me cuentan los profesionales con los que paso muchas horas todos los años y lo que, en los foros y congresos que organizamos, explican a los asistentes. Por eso, si en una vida futura me dijeran que mi profesión tiene que ser la de director de recursos humanos, les diría que sí, pero la única condición que pongo es que yo quiero ser Alfonso Callejo.