La retención de talento y liderazgo es uno de los desafíos más imprescindibles a los que nos enfrentamos hoy en día las empresas. Reconocerlo, potenciarlo y valorarlo es esencial y determinante en el devenir de las decisiones directas que se relacionan con el crecimiento de la organización a corto, medio y largo plazo.
Identificar ese rol dentro de los colaboradores de la compañía es sin duda, complicado. Tan difícil que, según marcan datos como los del informe Most Likely to Lead de la consultora ManpowerGroup, el 87% de las empresas piensa que dentro de su plantilla no se cuenta con los líderes necesarios para ocupar puestos estratégicos.
Una situación a la cual, normalmente, se pone remedio de veloz manera, aún con un riesgo muy elevado: recurrir al liderazgo externo. Cuando una empresa no tiene las estructuras internas y no es capaz de advertir el talento que tiene en su interior busca fuera. Una metodología que implica numerosos riesgos y cuya tasa de éxito es más limitada.
Una mala adaptación de este nuevo perfil a la organización, un menor convencimiento para con los principios de la compañía y un sentimiento de arraigo inexistente son perjuicios de una decisión que funciona a corto, pero que complica la previsión de la empresa en el crecimiento a largo plazo.
Para abordar con éxito este reto, la llegada de las nuevas tecnologías ha traído consigo infinidad de recursos con los que desarrollar soluciones cada vez más rápidas y eficaces. Un nuevo escenario que también ha irrumpido en el área de Recursos Humanos, donde las compañías han desarrollado la capacidad de monitorizar y controlar multitud de datos y estadísticas sobre sus trabajadores.
Herramientas de analítica del talento con tecnologías de Big Data, Inteligencia Artificial e, incluso, Machine Learning disponen a tiempo real de controles de evaluación para medir el comportamiento y crecimiento de cada trabajador, lo que permite que el evaluador tome la mejor decisión para el continuo crecimiento de la empresa.
Aunque estos procesos son lentos y todavía no están implantados en todas las empresas. De hecho, según el I Barómetro de Digitalización en la Gestión del Talento que llevamos a cabo en The Key Talent, consultora experta en estrategia digital del talento, en colaboración con ICADE Business School y la Universidad de Deusto, todavía el 41,67% de las organizaciones españolas han digitalizado los diferentes procesos de gestión de RR.HH. para reducir tiempo y costes.
Porque reconozcámoslo, el problema de las instituciones a la hora de encontrar al futuro líder no está en la falta de ese talento, sino en la propia metodología para reconocerlo y fomentarlo con el pensamiento de que el día de mañana esté listo para dar un paso adelante.
Es fundamental para las empresas contar con plataformas que monitoricen el trabajo diario de una persona y realicen programas internos y evaluaciones predictivas para el desarrollo del liderazgo, sin pasar por alto así las capacidades de ningún trabajador. Herramientas que alerten sobre los perfiles de los trabajadores para potenciarlos y promocionarlos.
En definitiva, las nuevas tecnologías permiten al área de Recursos Humanos un abanico mucho más amplio y automatizado de datos. Y, más datos y mejores procesos determinan una mejor toma de decisiones.
Este cambio está realizándose de manera paulatina y, quizá, no a la velocidad deseada. Los costes pero, sobre todo, el miedo a la ‘deshumanización’ del área que gestiona a las personas está dilatando un proceso que solo busca el mayor provecho para la empresa; y también para sus trabajadores, quienes podrán desempeñar sus mayores talentos y dar el máximo en cada momento.
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