La transformación digital y la gestión del talento son los dos grandes desafíos de las empresas en este momento. La evolución de los mercados y las nuevas formas de trabajar que han venido de la mano de la digitalización han provocado que, en los últimos años, nos enfrentemos a nuevos retos.
En un mundo en permanente transformación las organizaciones deben ser capaces de contar en todo momento con el talento necesario y esto implica una doble labor: por un lado, poner en marcha programas para desarrollar internamente nuevos conocimientos y competencias y, por otro, ser lo suficientemente atractivas para captar en el mercado los perfiles que no tienen en sus equipos.
La tecnología nos brinda muchas posibilidades para agilizar y dirigir muy bien esos procesos de búsqueda de talento en el mercado, ya que nos permite llegar a muchos candidatos que antes podían resultar inaccesibles y, a la vez, segmentar de manera muy acertada hasta dar con las personas más afines. Las nuevas herramientas nos ayudan a simplificar los trámites y tiempos, haciendo el proceso de selección más eficiente, sencillo y personalizado.
Pero no solo hay que buscar talento externo. Cuidar y desarrollar la inteligencia y las capacidades internas es, cada día más una prioridad para todas las organizaciones. Ya no hablamos de retener, sino de motivar e inspirar a las personas para que encuentren dentro de la compañía mucho más que un lugar en el que trabajar.
En este nuevo entorno necesitamos profesionales con competencias como la agilidad para aprender, capacidad de colaborar, inquietud por buscar conocimiento, que sepan manejarse en la incertidumbre y con agilidad en la toma de decisiones. Estas personas, capaces de liderar los cambios y adaptarse a nuevas realidades, son enormemente valiosos en un mundo que se mueve a toda velocidad. Respecto a los conocimientos concretos, en ese momento cobran especial importancia los analíticos y digitales, expertos en Big Data, Data Science, IOT o Inteligencia Artificial, pero también siguen siendo imprescindibles otros perfiles que han sabido evolucionar hacia los nuevos requerimientos.
Las expectativas de las personas también han cambiado en los últimos años, por lo que es imprescindible que los equipos de RRHH estén muy cercanos a las personas y conozcan bien sus necesidades. Tenemos la responsabilidad de crear un entorno profesional ambicioso, creativo y retador, a la vez que cuidamos aspectos personales como la conciliación, la familia, la salud o el compromiso social de los empleados.
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