El brasileño es realmente un privilegiado en términos de festividades, después de las fiestas de fin de año y el inicio de las vacaciones de verano viene el carnaval, que puede ser considerado la mayor fiesta popular al aire libre del mundo.
Teniendo como “comisión de frente” la singular alegría de nuestra gente, este presentarse como auténtico “abre-alas” de la industria de turismo y chico-propaganda de nuestras exportaciones. Samba, trilla sonora de Brasil.
El carnaval, el arte y el mundo de los negocios son figuras destacadas del mismo carro alegórico.
El proceso de evolución de nuestro carnaval lo transformó en una auténtica ópera de calle, o como quieren otros, en el más creativo y democrático festival de arte del planeta.
El “carnavalesco”, protagonista del núcleo de creación de la escuela de samba, está comprometido con la verdad al asociar el arte a las circunstancias históricas y geográficas. La imaginación y la emoción simbolizan el cuerpo y alma del artista. De la más famosa pasarela, – Marques de Sapucaí -, a la más simple callejuela, nuestra musicalidad desfila su mayor riqueza – la diversidad de sus ritmos – como samba que es originario del “batuque” africano.
Al lado de la música, la literatura se hace presente con el samba-enredo que puede narrar nuestro descubrimiento o recordar los ciclos de nuestro desarrollo y la pintura retratar el color de nuestra flora y de nuestra fauna.
La escultura homenajea nuestras celebridades, las artes plásticas hacen transformar la basura en lujo y la danza exhibe todo nuestro “juego de calle”. Nuestros artesanos muestran su genialidad con el aprovechamiento de nuestros recursos naturales: la arquitectura también se hace presente y especialmente exponiendo los carnavalescos como verdaderos “arquitectos sociales”; la foto, el cine, artes escénicas, y gráficas, todas ellas presentes en la fantasiosa corte del “Rey Momo”.
El carnaval, que contiene la magia de transformar artistas en passistas y passistas en artistas, es responsable por el más amplío acervo de nuestra cultura popular. Sino veamos. Redescubriendo nuestra historia nada ha escapado la sensibilidad de los carnavalescos que, de la tradición a la globalización o de la tragedias a la comedias, ha retratado nuestros usos y costumbres – fiesta para los más diversos medios de comunicación.
Nuestra geografía ha sido motivación para que los compositores exploren los millares de kilómetros de nuestras bellas playas, el inmenso “mar verde-claro” de la selva Amazónica, el paraíso ecológico del Pantanal, las sierras y cascadas el sur, la biodiversidad de la “mata atlántica” y todas las riquezas naturales de este país continente.
En el campo empresarial la realce queda para el formato, decidido de gestión que hace de la atrevimiento de la creatividad y de la utilidad suma de las capacidades y habilidades el trípode de un modelo ejemplar de la organización competitiva.
El mundo de negocios aún tiene que tomar conciencia que solamente un ambiente de trabajo placentero podrá producir la excelencia. El placer, en su más refinado concepto, es la fuerza (irremplazable) que genera vencedores.
Hasta la modernidad del Tercer Sector, con su responsabilidad social por intermedio del voluntariado, hace tiempo que parte del “DNA” de las escuelas de samba y otras asociaciones similares y que han desarrollado excelentes proyectos especiales, que van de la pedagogía a la tecnología, ayudando a reducir los índices de exclusión social.
La elevación de la esperanza de la vida, la nueva estructura del mercado mundial de trabajo y el aumento del estilo de la vida de las personas son tendencias que eligen la industria de turismo como uno de los más prometedores emprendimientos del futuro.
Al son de los seguidores do legendario “Maestro André” – batería nota diez (10) terminamos con nuestro cautelar grito carnavalesco: vamos explotar el turismo, no a los turistas.
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