El 3 de diciembre fue proclamado como el día Internacional de las Personas con Discapacidad en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.
Y, desde entonces, cada año, desde la Fundación Nortempo, al igual que numerosas empresas, asociaciones, etc… realizamos campañas y/o actividades de sensibilización con el fin de poder llegar a esa inclusión social y laboral tan necesaria. Nuestro objetivo dentro de la Fundación, que focaliza toda la acción de RSC de Nortempo desde 2005, es lograr esta inserción real de los colectivos que lo tienen más difícil a través de distintas acciones y programas que consideramos prioritarios dentro de la compañía.
Según el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo (Odismet), en España, el 36,9 % de los jóvenes con discapacidad se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, siendo la tasa de desempleo de 22%. Hablamos de más de 143.000 personas con discapacidad demandantes de empleo. La garantía de un mercado de trabajo inclusivo forma parte de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, lo que revelan los datos es que la participación activa de las personas con discapacidad en el mercado de trabajo es inferior a la de las personas sin discapacidad, y que su inclusión en el mercado tampoco se está realizando en situaciones de igualdad real y efectiva.
Para solucionar este problema es importante que todos los agentes sociales implicados (empresas, tejido asociativo, administraciones, sociedad…) tomemos nota y trabajemos en común para que haya una evolución al respecto.
El empleo es un componente importante de socialización, todo ello añadido a ser una fuente básica de ingresos e independencia. Por lo tanto, la integración laboral es la puerta a la inclusión social entendida en su sentido más amplio.
Buenas prácticas
Para avanzar en este objetivo, es necesario desmontar los estereotipos que tenemos debido al desconocimiento del tema, y es necesario trabajarlo desde edades tempranas para poder llegar a una plena inclusión.
Pero no solo eso, también las empresas pueden aportar mucho a este compromiso, a través de una apuesta en su política de RSC por la integración laboral de las personas: desde la incorporación o contratación de servicios, hasta la promoción de acciones con repercusiones sociales a través de colaboraciones económicas con entidades sin ánimo de lucro. Asumir ese compromiso social contribuye a garantizar uno de los derechos humanos (derecho al trabajo), al mismo tiempo que refuerza su imagen corporativa.
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