En un contexto en el que la competencia voraz y la rotación laboral son frecuentes, la gestión del talento supone uno de los mayores retos para las organizaciones. En Reckitt Benckiser (RB), como empresa líder a nivel mundial con más de 40.000 trabajadores, siempre hemos tenido claro que atraer (y retener) el talento es básico para garantizar nuestro éxito de una manera sostenible en el tiempo. En este sentido, desde el área de RRHH de Reckitt Benckiser en todo momento buscamos potenciar una serie de conceptos clave que, creemos, deben formar parte de cualquier iniciativa de gestión del talento en una organización, independientemente de su tamaño, su tipología o su ubicación geográfica.
En primer lugar, la diversidad, que tiene que ser un concepto extendido de manera transversal en todos los niveles de la organización. Contar con equipos formados por personas con perfiles, recorrido profesional y maneras de pensar muy diferentes permite enriquecer cada nuevo proyecto y, del mismo modo, tener ese punto de innovación constante, indispensable para conseguir éxito a largo plazo. Las empresas deben ser ‘employee centric’, e impulsar que cada trabajador pueda potenciar al máximo su singularidad, también en el ámbito laboral. Por ello, es básico que la organización facilite un lugar de trabajo en el que todo el mundo tenga igualdad de oportunidades para ofrecer todo su talento y potencial, independientemente de su género, raza, nacionalidad, condición física, edad, orientación sexual o religión.
Otro punto clave en la gestión de RRHH es ofrecer iniciativas que garanticen el crecimiento profesional y profesional de los trabajadores. Ofrecer herramientas y retos constantes a los empleados con tal de que tengan la libertad de definir cómo, cuándo, y a donde quieren llegar. El objetivo es que cada empleado sea dueño de su desarrollo, y que la organización le acompañe en este camino hacia el éxito con programas e iniciativas a medida.
Y es que asegurar el desarrollo y el bienestar de los empleados, haciéndoles formar parte del propósito y los objetivos de compañía día a día, los convertirá en los mejores embajadores de marca. En Reckitt Benckiser, nuestros trabajadores se acaban convirtiendo en los mejores prescriptores de la compañía y en una pieza clave, también, en la atracción de nuevo talento. Nadie mejor que los propios empleados saben lo que significa formar parte de una organización, por lo que su papel puede ser determinante para dar a conocer en el exterior el “ADN” de una empresa o para detectar cómo debe ser el candidato ideal que pueda encajar en un equipo. En este sentido, es una gran idea contar con programas de embajadores o de referenciados, que permitan que las personas de la compañía puedan recibir una remuneración por la recomendación de personas que se incorporen a la compañía y demuestren tener un buen encaje en la organización.
Estos son solo algunos de los grandes conceptos con los que trabajamos desde el equipo de RRHH de Reckitt Benckiser cuando desarrollamos nuestros planes de gestión del talento. Sólo asegurando el desarrollo y bienestar de las personas de una empresa a todos los niveles podremos mantener su ilusión, compromiso y orgullo perpetuando, así, el éxito del negocio.
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