Nos encontramos en un momento único en la historia de la humanidad. Por primera vez estamos viendo cómo el ser humano está alcanzando un grado de desarrollo tecnológico como nunca antes, cómo se producen en semanas, incluso días, cambios para los que era necesario esperar décadas o siglos. La transformación es exponencial, no somos capaces de asumir una revolución tan acelerada. Como contrapartida, y a pesar de este enorme desarrollo, todavía nos encontramos con un contexto de grandes desigualdades sociales y un medio ambiente cada vez más destruido, con los recursos naturales camino de agotarse.
Ante este escenario, las organizaciones son una pieza clave de la sociedad como impulsoras y catalizadoras de un cambio cada vez más demandado por los clientes y diferentes stakeholders de la organización. Pero no se trata sólo de ser líderes de un cambio por el deber moral de serlo, sino por el gran impacto económico y de desarrollo que puede suponer para las organizaciones. Los clientes cada vez están más concienciados con estos aspectos, y reclaman a las empresas que trabajen en esta dirección.
Las organizaciones necesitan una visión y un compromiso claro con la sostenibilidad que les permita centrarse en generar innovación para sobrevivir en el presente y en el futuro. Un claro ejemplo sería la compañía Lego cuando hace diez años sustituyó el plástico derivado del petróleo de sus piezas tradicionales por polietileno. Lego cuenta además con un compromiso de llegar a ser una organización completamente sostenible para el 2030.
Para generar este cambio, además de la visión y el compromiso de los líderes organizativos, se requiere definir un propósito claro y unos valores asociados que inspiren y muevan a la organización en esta dirección. Es imprescindible ser coherente con lo que se hace no sólo externamente, generando una imagen alineada con las necesidades de los clientes y captando al nuevo talento que reclama empresas con valores, sino internamente, para posibilitar que toda la organización se mueva en esa dirección y se generen los espacios necesarios para producir este cambio de mentalidad. Se trata de plantearse que, lo que siempre se ha hecho de una manera, se puede hacer de una forma diferente, es decir, de innovar.
En este espacio, la clave que marca la diferencia es el liderazgo de la organización. Hasta qué punto la empresa cuenta con líderes comprometidos con la sostenibilidad, que generen entornos de trabajo que ayuden a mover a la organización hacia ese rol de catalizador de cambio.
Los líderes del cambio, son aquellos que no sólo cuentan con la visión de entender el porqué y el para qué de lo que debe hacerse, si no que inspiran a sus equipos y les mueven en la dirección correcta.
Se requieren responsables que cuenten con un alto nivel de liderazgo y con elevadas habilidades humanas. Este concepto, acuñado por Simon Sinek para referirse de forma más completa a las llamadas “habilidades soft o blandas”, refleja de manera mucho más clara el tipo de liderazgo que es necesario impulsar en la organización.
Hablamos de un liderazgo que genere contextos en los que las personas se sientan comprometidas y parte del proyecto común, y en los que se dé espacio para la innovación, elemento clave para el desarrollo organizativo en el contexto actual.
Son líderes que:
- Saben trabajar en redarquía y gestionar por influencia y no jerarquía
- Se manejan en entornos de incertidumbre y se arriesgan a tomar decisiones a pesar de no disponer de toda la información
- Aprovechan el talento diverso de sus equipos para generar ideas de valor, y las hacen suyas, fomentando entornos inclusivos en los que todos se sientan valorados en su singularidad y pertenecientes a la organización
- Entienden a la persona como un todo y saben escuchar con empatía. Son conscientes de que para dar el máximo, se necesita un equilibrio personal y profesional
- No penalizan el error en sus equipos porque saben que saben que es un elemento clave en el proceso de aprendizaje y es necesario para que las personas salgan de la zona de confort, atreviéndose a hacer y proponer cosas diferentes
- Tienen asimilado un modelo de gestión basado en un “mindset agile” que genera formas de trabajo eficientes, innovadoras e incrementa el compromiso
En definitiva, se trata de un líder que no sólo es consciente del contexto en el que opera y de la responsabilidad que tiene en ayudar a crear un mundo mejor, sino que también es sostenible en su modelo de gestión de personas y en el estilo de liderazgo que ejerce. Un líder que genere entornos de trabajo inclusivos para que las personas se sientan comprometidas, a través de valores compartidos, y en los que perciban que merece la pena ser y estar.
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