Septiembre es para muchos el inicio del curso escolar, supone el regreso de las vacaciones estivales, el periodo por antonomasia del descanso, y la recta final para encarar los proyectos anuales de las organizaciones iniciados en enero. Al igual que supone el estreno del año, este mes se encara con renovadas expectativas personales, ya será para reforzar el aprendizaje de idiomas o para ganar en bienestar físico y psicológico. Además, es cuando a nivel profesional se suelen producir nuevos retos, se empieza a buscar un nuevo empleo o se cambia de trabajo.
Durante el verano las empresas siguen desarrollando su actividad y en septiembre todo vuelve a la normalidad. Tras el descanso, es necesario retomar la motivación de los equipos y mantener el compromiso en el propósito empresarial. ¿Cómo? A continuación, presentamos cuatro claves para afrontar el final del año con ánimo para cumplir con las metas marcadas.
- Mantener vivo el compromiso. La motivación de los empleados y su alineamiento con la estrategia corporativa resulta determinante para cumplir con los objetivos anuales marcados. Tras las vacaciones las organizaciones tienen que asegurarse de que los cuatro pilares que influyen en el compromiso de los profesionales –la empresa, el responsable directo, el equipo y la tarea– están alineados, como recoge la metodología Fourflags, desarrollada por Watch&Act, que permite a las organizaciones vincular la implicación de sus equipos con los indicadores del negocio.
- Involucrar a los empleados. Las personas son el alma de las organizaciones, las que permiten alcanzar los objetivos y superar las dificultades trabajando conjuntamente. Esa involucración de los empleados permite gestionar correctamente el compromiso de los equipos, fomentando su creatividad e innovación. Por eso, si antes de las vacaciones las organizaciones se preocupaban por trabajar el engagement con los empleados, después del receso estival se mantendrá sin problemas, porque esa involucración no es un proceso que se logre de la noche a la mañana, sino que es necesario trabajarlo en el tiempo.
- Innovación como motor de los equipos. La apuesta por la innovación continua es la fórmula para que las empresas mantengan su crecimiento y estabilidad a largo plazo. Cuando una organización tiene presente la innovación en su día a día se promueven mejoras en los procesos, se desarrollan nuevo productos y servicios y permite anticiparse a las tendencias de mercado, pero también se hace partícipes a los diferentes equipos del desarrollo de la empresa. Por eso, la innovación es sinónimo de compromiso de los empleados y sentido de pertenencia al ser un motor de transformación de las organizaciones y de su sostenibilidad en el tiempo. Si una empresa tiene por costumbre involucra a sus empleados en la innovación, después del verano lo seguirá haciendo.
- Recordar las tareas. La eficiencia de las organizaciones mejora cuando todos los trabajadores conocen cuáles son sus tareas y lo que se espera de su desempeño. Tras las vacaciones es necesario que los responsables de las áreas de la empresa mantengan una reunión de planificación previa para afianzar los planes trazados y los objetivos que tienen que alcanzar y que posteriormente se lo trasladen a sus equipos para trabajar orquestadamente en su consecución. Además, los responsables directos de las diferentes áreas deberían recordar las funciones de cada uno de los miembros de sus equipos para reafirmar su cometido.
- Pensamiento positivo. El síndrome postvacacional viene asociado también al mes de septiembre. Los expertos no lo definen como una patología, sino un trastorno de adaptación a la rutina después del descanso estival y al que nos tenemos enfrentar para recuperar nuestro rendimiento. No suele durar más de una o dos semanas y en muchas ocasiones se manifiesta por el rechazo a la rutina laboral y por no verse motivado en el trabajo, ya sea por hastío, alto estrés continuado o necesidad de cambio. Si tienes la suerte de formar parte de una organización en la que los empleados son la base de su actividad y que gestiona el compromiso como herramienta para la mejora continua, seguramente, no te afecte tanto el síndrome postvacacional. Además, siempre es necesario pensar que gracias a tu trabajo podrás disfrutar de las merecidas próximas vacaciones.
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