Las personas en el centro

El pasado 5 de junio en el Stockholm City House (Suecia) se celebró la ceremonia de entrega de premios a las mejores empresas para trabajar en Europa según el ranking de la consultora Great Place to Work. En dicha ceremonia se reconoció al Grupo Adecco en una meritoria segunda posición, rodeada por las firmas tecnológicas Salesforce y Workday, primer y tercer clasificado respectivamente.

Mucho más allá de las ceremonias, los rankings y la publicidad de estos reconocimientos lo verdaderamente importante es lo que nos lleva a este tipo de eventos, lo que nos aúpa en el preciado podio, que no es ni más ni menos que la satisfacción de nuestra gente.

Los departamentos de recursos humanos tenemos la responsabilidad de poner a las personas en el centro, de hacer de ellas nuestros mejores atributos diferenciales. Sabemos que el compromiso potencia el rendimiento y la productividad, y también sabemos que el compromiso trasciende la relación mercantil de intercambio de valor por esfuerzo adentrándose en el complejo ámbito emocional.

Sin pretender ser completo y exhaustivo identificando las palancas emocionales en las organizaciones, sí que me atrevo a enumerar algunas que me parecen relevantes.

En primer lugar, necesitamos formar parte de un proyecto consistente, con un propósito claro, con el que nos sentimos identificados y con el que compartimos principios y valores. No hace falta insistir que los proyectos con impacto social, que generan valor a la comunidad, que trascienden los intereses meramente económicos de las empresas son aquellos que movilizan sentimientos, que vinculan emocionalmente a los individuos.

El reconocimiento, en todas sus múltiples y variadas facetas, es otro componente clave para generar compromiso. Todos necesitamos sentirnos respetados, percibir el agradecimiento y el reconocimiento por nuestra contribución a la organización, por nuestro esfuerzo. El reconocimiento se traduce frecuentemente en otra palanca motivacional clásica, la autonomía. El deseo de ser dueños de nuestros actos, de gestionar nuestras vidas, de actuar libremente, de tener la capacidad de decidir… esto es un deseo intrínseco y altamente valorado del ser humano.

Somos seres sociales, que en mayor o menor medida siempre necesitamos de los demás, sentirnos parte de un colectivo, que nos arrope, que nos proteja, que nos acomode y en el que nos sintamos apreciados, queridos e integrados. El sentimiento de pertenencia a una comunidad construida a partir de relaciones sólidas, apoyadas en la confianza, la generosidad y afecto, es un ingrediente imprescindible en la receta del compromiso organizacional.

Las empresas, como todas las colectividades, necesitan de reglas, de normas, de procedimientos, de políticas que garanticen un cierto nivel de homogeneidad, estabilidad y consistencia en su aplicación. La percepción de estar en un entorno que garantice la justicia y equidad forma parte también de los elementos básicos generadores de compromiso.

En el Grupo Adecco aspiramos a mejorar permanentemente estas y otras muchas palancas generadoras de compromiso. Lejos de congratularnos de nuestra segunda posición en el ranking europeo sabemos que tenemos importantes áreas de crecimiento y mejora. Desde recursos humanos seguiremos trabajando para hacer del Grupo Adecco el mejor lugar para trabajar y, todos juntos, continuaremos trabajando para que otros puedan hacerlo.