La realidad virtual es absoluta protagonista en la era de la digitalización que estamos viviendo y, como no podía ser de otra manera, ha reinado, a través de múltiples prototipos y soluciones, en eventos como la londinense BET, la feria referencia de nuevas tecnologías ligadas a la formación, o el Mobile World Congress de Barcelona.
Tras asistir a éstos y otros eventos en que se exponen los últimos avances en el impacto de las TIC en nuestras vidas, trabajos y dinámicas de aprendizaje, hemos podido constatar cómo son cada vez más, casi en términos de crecimiento exponencial, los proveedores que proponen soluciones de realidad virtual en las empresas. No hacerlo equivale a quedarse en un pasado que, con la celeridad de los tiempos que corren (nunca mejor dicho), queda (muy) velozmente (muy) atrás.
Y si cierto es que la realidad virtual, como concepto aplicado al aprendizaje, no es precisamente algo nuevo (sólo hay que pensar en las décadas que llevan, los simuladores de vuelo, presentes en la formación de pilotos), ahora se ha convertido en algo que ni se puede, ni se quiere, evitar.
El principal atractivo de la realidad virtual, cuando se habla de su aplicación en formación, tiene que ver con su capacidad para recrear ámbitos y condiciones de alta presión, de riesgo elevado. Contextos y situaciones que por su propia complicación resultan muy difíciles, cuando no imposibles, de reproducir.
En este sentido, en nuestra búsqueda de soluciones de realidad virtual para enriquecer nuestra oferta formativa aplicada a habilidades, hemos encontrado una aplicación que, por sus características y suma competitividad, brilla con luz propia: Chiara.
Oratoria real para un público virtual
Se trata de una aplicación de realidad virtual desarrollada en España y pensada para mejorar las habilidades de presentación y comunicación que el usuario descarga en su móvil. Dicho móvil se inserta en unas gafas de realidad virtual. Al ejecutar la simulación, el usuario habla y realiza su presentación ante un público con el que está verdaderamente interactuando.
Presenta, argumenta, practica y obtiene un feedback sobre lo que ha hecho bien y los puntos a corregir o mejorar, de la mano de un coach virtual que realiza un conjunto de valoraciones de forma objetiva, identificando, por ejemplo, aspectos como el nivel de decibelios utilizados en determinadas palabras, la gestión del tiempo, la capacidad de dirigirse a todos los miembros de la sala, la utilización de muletillas o la repetición de ciertas expresiones.
El sistema ofrece prácticas personalizadas y el coach virtual detalla la evolución del alumno a lo largo del curso, en el que se pueden ensayar distintas temáticas, hasta ante 28 tipologías de públicos diferentes.
Chiara es un preparador virtual ideal para aprender a interactuar ante una audiencia, entre otros, por ejemplo, ante un grupo de clientes y su integración en nuestra oferta ya ha dado resultados excelentes, por ejemplo, a la hora de formar al equipo comercial de una entidad bancaria, donde la claridad es fundamental para transmitir y “vender” bien las ideas.
Optimización de recursos
La mayoría de las soluciones de realidad virtual requieren un equipo tecnológico complejo y costoso que, entre las gafas y el portátil al que se conectan, puede llegar a los 2000 euros por participante, sin tener en cuenta el coste del contenido.
Por su parte, Chiara se basa en una App descargable en cualquier smartphone y unas gafas de 25 euros de valor.
Este abaratamiento radical supone una clara disrupción con el mercado de la realidad virtual aplicada a la formación y al coaching, tal y como lo conocíamos hasta la fecha.
Un valioso apoyo
Como siempre decimos, está claro que la tecnología, por sí sola, no arregla, no es suficiente para unas necesidades formativas que, en cada sector, en cada organización, en cada departamento o cargo, se debe diseñar a la exacta medida de las necesidades.
La excelencia en formación y coaching es el resultado de un sinfín de experiencias donde la tecnología juega un papel importante, pero no único.
Aún así es innegable que el aporte de una aplicación como Chiara puede ser un instrumento muy valioso en nuestro trabajo que, a fin de cuentas, no sólo va de formar sino, sobre todo, de transformar.
Transformar a personas y organizaciones en algo mucho mejor.
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