Tienen conciencia social, les gusta la tecnología y no les preocupa la estabilidad de un futuro laboral por la confianza que tienen en sí mismos. Son también la generación más comprometida con el medioambiente y la sostenibilidad. Incluso el 65 % de los millennials, según una encuesta de Deloitte, cree que es una prioridad y su responsabilidad directa hacer algo para evitar el cambio climático.
En este contexto, la mayor generación de consumidores de dispositivos digitales va a exigir a las empresas que los fabrican que contribuyan a mejorar su entorno, cuidando un bien que es de todos: el medioambiente. Pero ¿qué pueden hacer las empresas tecnológicas para aportar soluciones eficientes que disminuyan la contaminación y consigan un futuro más sostenible para la sociedad en su conjunto?
El Día Mundial del Medioambiente puede ser un buen momento para que las empresas tecnológicas reflexionen sobre la importancia delreciclaje de dispositivos electrónicos. Una estrategia que ayudaría a disminuir el calentamiento global y que debería abarcar, tanto la implementación de normas de reciclado y reutilización de dispositivos electrónicos, como un programa riguroso de auditoría de los proveedores de reciclaje.
El debate está en la calle y es innegable la importancia del compromiso de las empresas tecnológicas ante el calentamiento global. Sobre todo, teniendo en cuenta que se prevé que en el año 2100 la población mundial habrá aumentado hasta los 12.300 millones de habitantes. Lo que quiere decir que el impacto de la humanidad en nuestro planeta será cada vez mayor, porque aumentará el consumo de recursos, el gasto energético, la generación de residuos, y con ello, las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sumarse al reto
Ya no vale vender a toda costa. La sociedad en la que vivimos exige a las grandes empresas tecnológicas sumarse a estos retos mundiales de compromiso para disminuir el calentamiento global y velar por el medio ambiente. No se trata de un asunto baladí, ya que las consecuencias de no abordar el reto de conseguir una industria tecnológica sostenible y comprometida con el medio ambiente, afectaría a toda la sociedad en su conjunto.
Mientras los ciudadanos intentamos adoptar hábitos de vida cada vez más sostenibles en ciudades cada vez más eficientes y responsables con el consumo energético (smart cities), las cifras señalan que nuestras tendencias de consumo de dispositivos electrónicos van al alza.
El problema va más allá, porque según la ONG Basilea Acción Network (BAN), en la actualidad el reciclaje de los dispositivos electrónicos no se está llevando con el rigor que marcan los estándares de seguridad. En opinión de la entidad sin ánimo de lucro, las condiciones laborales y ambientales en las que se lleva a cabo este proceso de reciclaje electrónico son inseguras, y además tienen un impacto devastador en los países en los que se lleva a cabo. Por lo que BAN considera que la transparencia de las marcas podría ser una posible solución.
Hacia un futuro más sostenible
Se trata de un asunto de vital importancia y cada vez preocupa a más personas: la tecnología es importante para conseguir un futuro más sostenible. Por todo ello, es necesario que las empresas tecnológicas sirvan como instrumento para alcanzar una mejora del nivel de calidad ambiental que reduzca el impacto del ser humano en el medio ambiente.
Tal y como explica la consultora medioambiental Green Globe, en su guía práctica de sostenibilidad para Pymes, gracias a los avances tecnológicos podemos conseguir la reducción en la generación de contaminantes y también podemos aumentar la eficiencia energética que conlleva reducir la cantidad de recursos consumidos.
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