La palabra griega ISO, significa igual y es también la sigla de la International Organization for Standarization, o sea, Organización Internacional de Normalización, fundada en 1947, y localizada en Ginebra, Suiza. Se trata de una entidad no-gubernamental que edita normas técnicas, reconocidas internacionalmente, y tienen como objetivo la patronización y el mejoramiento de productos y servicios en empresas de todo el mundo. Millares de empresas de más de una centena de países, han invertido en la búsqueda de un Certificado de Calidad ISO. El que puede ser entendido como: “Escriba lo que y como usted lo hace, y hágalo como usted lo ha escrito”
Del conjunto de normas existentes destacaremos en esta oportunidad, la ISO 14.001 – Sistema de Gerenciamiento Ambiental -, que tiene por objetivo prevenir, eliminar o minimizar los efectos nocivos causados al medio ambiente, provocados por empresas privadas y / o públicas. Los pasos para la implementación de esta norma son definidos como sigue: 1) Compromiso y definición de una Política medio ambiental. 2) Planificación del sistema de gestión medio ambiental. 3) Implementación del SGA. 4) Mediciones y evaluaciones y, 5) Revisión y mejoría continua. Concientizar, involucrar y comprometer – desde el presidente hasta el ingresante – es de fundamental importancia para que el SGA alcance las metas establecidas. Acompañar rigurosamente, y validar, cada una de las etapas del proceso operacional de la fabricación de productos y de la prestación de servicios, es un procedimiento obligatorio para garantizar el equilibrio del medio ambiente y la mejoría continua de la calidad de vida.
Para que el SGA sea exitoso es recomendable hacer un diagnóstico a través del Diagrama de las 7 Ms.: 1) Mercado, 2) Mano de Obra, 3) Materia Prima, 4) Máquinas, 5) Método, 6) Mediciones, 7) Medio ambiente. Ese análisis crítico nos llevará a reducir las posibilidades de polución, reutilizar parte de lo que ya fue usado, reciclar todo tipo de desperdicios y reinventar nuevos procesos operacionales para la fabricación de productos o prestación de servicios. La agresión al medio ambiente es, también, una falta de respeto al mercado consumidor, que tiene su percepción alertada para rechazar productos y servicios de empresas ecológicamente inadecuadas.
Los graves problemas que están ocurriendo con el calentamiento global no deben ser atribuidos solamente a un grupo de empresarios, pues los gobernantes, también, tienen su parte de responsabilidad en la degradación del medio ambiente. Políticas públicas ineficientes, controles insuficientes, inversiones insuficientes en saneamiento básico, exceso de burocracia y corrupción, son factores de la misma ecuación – acciones públicas ineficaces.
Más allá de la iniciativa privada y de la de los órganos públicos cabe, a cada uno de los seis mil setecientos millones de habitantes del planeta azul, su cuota de responsabilidad en la preservación del medio ambiente. Combate a los desperdicios de toda naturaleza, reducción del volumen de basura, colecta selectiva, tirar la basura en la basura, incentivos a cooperativas de colecta e implementación de comisiones internas de preservación ambiental, son algunas de las medidas indispensables al mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos. La educación puede contribuir para que tengamos una mayor conciencia sobre la llamada – Huella Ecológica -, que significa: “cuanto de tierra productiva, área forestal, energía, habitación, agua, mar, urbanización y capacidad de absorción de detritos, necesita cada persona, para vivir de manera mínimamente digna”. A ese conjunto de factores, Martín Rees e Mathis Wackermagel, dieron el nombre de huella ecológica, cuyo estudio indica que cada persona debería disponer de 2,8 hectáreas de superficie.
En una reflexión simple de algunos textos de la Biblia (Génesis 1,24-31 + 2,1-19 y Deuteronomio 8,7-10), podemos encontrar referencias sobre la preservación del medio ambiente, desarrollo sustentable del ser humano y el destino social de los recursos naturales de la tierra. ¡Ah! Recuerde: la Naturaleza no reclama de los malos tratos – se venga.
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