Hace años había que explicar el valor de un Team building. Algunos pensaban que se trataba de pasar una jornada divirtiéndose sin más, en la que uno se libraba de un día de trabajo. Pero afortunadamente hoy esa visión está superada. Los directores de formación, de recursos humanos, incluso los directores generales de las empresas, son conscientes del valor de reunir a su equipo, para realizar actividades de formación en las que pretende, entre otras cosas, revisar cómo se comportan y trabajan sus miembros, establecer pautas efectivas de funcionamiento, divertirse juntos y limar los desencuentros que se producen en el trabajo diario.
Este tipo de formación resulta muy efectiva por que acelera la cohesión de los miembros del equipo y les ayuda a establecer pautas de comportamiento mas efectivas para comunicarse, planificar, resolver conflictos, etc. Dependiendo del enfoque que tenga la actividad, se puede apoyar al equipo a seguir creciendo en la dirección correcta. Si el equipo, y los individuos que lo integran, tienen problemas de estrés, de ansiedad o de infelicidad, también se pueden trabajar. Obviamente no se va a resolver nada profundo en un día, pero es increíble como cambia el clima y la actitud de los profesionales, tras este tipo de actividades.
Otra de sus ventajas es que resulta ser muy motivadora, cuando los participantes comprueban que la formación tiene sentido para ellos. Frecuentemente le encuentran además un doble valor, porque lo que están aprendiendo y descubriendo, también les sirve para su vida personal. Además, a todos nos gusta jugar, cuando el juego tiene un propósito. Por eso lo llamamos “juego consciente”. El Team building, bien ejecutado, tiende a conectar con la parte más sana y más constructiva de cada uno de nosotros. Y esto es así a todos los niveles de la empresa, incluso para los miembros del comité de dirección. Aunque su realización no es tan frecuente entre estos, cuando deciden atender su propia formación, el funcionamiento del CODIR lo agradece enormemente. Y es que si hay un equipo que tiene que funcionar bien en la empresa ese es el CODIR.
Por ello, para conseguir su eficacia, lo primero que debe hacerse es establecer el objetivo que está buscando la empresa, que puede ser desde xxx a xxx. A partir de ahí debe definirse, qué queremos que recuerden, qué experiencias queremos que vivan, para hacer todo un diseño de la metáfora que queremos usar, el desarrollo del día y todo lo demás. En cuanto a su frecuencia, mi consejo es que se realicen tantas veces como el equipo lo necesite. Aunque lo normal sería llevar a cabo uno una vez al año.
Por último otra clave de su éxito es que el diseño de la actividad esté planificada de manera personalizada, si bien es cierto que en la medida que las necesidades de muchas empresas son coincidentes, hay una estructura básica que usamos frecuentemente, que está muy rodada y produce excelentes resultados.
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