No conozco a nadie a quien le gusten los lunes. Son sinónimo de volver al trabajo, de iniciar una nueva semana de horarios que no siempre resultan fáciles de compatibilizar con la vida familiar, tal vez de situaciones laborales complejas… Pero a pesar de no ser el día favorito de ningún empleado, es muy importante que, al pensar en el lunes y visualizar su puesto de trabajo, éste llegue a la conclusión de que, después de todo, le gusta lo que hace y se siente bien haciéndolo. Querrá decir que es un empleado motivado, y esta motivación no sólo será positiva para su propia felicidad personal y profesional, sino también para el éxito de su empresa.
Un empleado motivado siempre aporta un valor añadido, pues se esfuerza por ir más allá de sus mínimas competencias, por dar lo mejor de sí mismo y obtener los mejores resultados de su trabajo; por generar un clima laboral amable y positivo; por contribuir con sus ideas, su talento y sus propuestas a construir un proyecto común del que se siente parte implicada. Por tanto, su productividad será mayor y la empresa será la primera beneficiada.
Pero para retener ese talento hace falta que las organizaciones se esfuercen también por generar un entorno laboral que potencie la capacidad creativa y la autonomía de sus empleados, que favorezca su formación y su desarrollo profesional, que les conceda una mínima flexibilidad para facilitar la conciliación más allá de su jornada laboral y, por qué no admitirlo, que les reporte unos ingresos con los que puedan mantener una adecuada calidad de vida.
La última crisis económica ha traído consigo una situación complicada para muchas empresas, que se han visto obligadas a reducir plantilla, bajar salarios, recortar gastos, eliminar beneficios sociales… Todo con el único objetivo de mantener su rentabilidad y garantizar su sostenibilidad económica, pero al mismo tiempo generando un caldo de cultivo muy poco estimulante para sus trabajadores.
Afortunadamente, la economía española va avanzando progresivamente por la senda de la recuperación, aunque los privilegios que un día se retiraron no resulta sencillo restablecerlos, y las nóminas que se congelaron no vuelven a florecer con facilidad. Y sin embargo, uno de los métodos más eficaces para motivar y retener a un buen profesional siempre será ofrecerle un sueldo atractivo o mejorarle sus condiciones económicas, algo que no está al alcance de todas las empresas.
Como alternativa, cuando no hay opción de mejora salarial existe la posibilidad de ofrecerles planes de retribución flexible que les permitan incrementar su poder adquisitivo sin elevar los costes de la compañía. Estos planes consisten en que los trabajadores pueden abonar determinados productos o servicios (comidas, guardería, transporte, seguro médico, formación, planes de pensiones, etc.) descontándoselos directamente cada mes del bruto de su nómina, lo que les reporta un ahorro directo equivalente al porcentaje de IRPF aplicable, y que puede traducirse en un importe similar a una subida salarial de hasta un 15%.
Por ejemplo, una persona con un salario anual de 30.000 euros brutos podría aumentar sus ingresos netos anuales en más de 2.300 euros, mientras que si la empresa quisiera subirle el sueldo en esa misma proporción tendría que asumir un coste de 4.500 euros (incluidos todos los costes salariales).
Sin embargo, a pesar de sus ventajas para ambas partes, y aunque en otros países son una fórmula muy frecuente como política de retención de empleados, lo cierto es que los planes de retribución flexible no cuentan con un elevado margen de implantación en el tejido empresarial español. Principalmente por desconocimiento, tanto por parte de los empleados como de las propias empresas. No son demasiadas las compañías que apuestan por esta modalidad, y cuando lo hacen, normalmente obtienen un porcentaje de adhesión que ronda el 20% de la plantilla, lo que es indicativo de un fracaso en la comunicación interna de sus beneficios.
Uno de los aspectos que más frena a las organizaciones a la hora de implantar beneficios sociales o planes de retribución flexible es la complejidad de los procedimientos de gestión, que normalmente recaen en los departamentos financieros o de recursos humanos. Simplemente para repartir los tradicionales cheques de comida la empresa tiene que solicitar cada mes su envío al proveedor correspondiente, coordinar las entregas a cada trabajador y llevar un seguimiento manual del procedimiento.
Sin embargo, la tecnología está consiguiendo simplificar enormemente la gestión de los planes de retribución flexible. Gracias a plataformas tecnológicas como Cobee es posible gestionar de forma automatizada y digitalizada, y con una única herramienta, todos los tipos de beneficios sociales susceptibles de ser ofrecidos a los trabajadores. De este modo, se eliminan intermediarios y cargas administrativas, con sus correspondientes costes, y con ellos el freno a una mayor apuesta por esta modalidad de retención de empleados con la que todos salen ganando.
1 comentario en «Cómo motivar y retener talento a través de la retribución flexible»
Buenos días!
Me pongo en contacto con usted porque he encontrado un artículo sobre la Escuela Infantil que está casi terminada en el Hospital Reina Sofía de Córdoba.
Tras una intensa búsqueda sobre cómo dejar mi CV en dicha escuela infantil, dí con vosotros y me gustaría que me informaran si saben sobre este caso.
Ya que las posibilidades de trabajar como educadora son escasas, ésta sería una gran oportunidad.
Muchas gracias,
Ana Marina
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