Comienza en Persona Metaplacement nuestro ciclo de bienestar. Este primer desayuno nos lleva a conocer ¿qué es una organización positiva?
Por positivo podemos entender optimista o que se inclina a ver el lado favorable de las cosas, desde el aspecto numérico, será una cantidad que tiene valor mayor que cero, en definitiva que suma.
La verdad es que desde siempre hemos crecido bajo la filosofía de aprender analizando los defectos, áreas de mejora, gap’s o como queramos llamarlos y crecer desde ahí. La buena noticia es que no es la única fórmula, gracias a Selligman, el padre la de la psicología positiva, nos demuestra científicamente que se pueden potenciar entornos laborales para desde ahí alcanzar el máximo desarrollo personal y apoyar el éxito empresarial haciendo hincapié en lo positivo.
Como el lenguaje no es gratuito, si una organización positiva es aquella que destaca, que es un referente, que pone foco en el bienestar de sus empleados, que es resiliente y que sale fortalecida de cualquier cambio, no es extraño que su foco sean las fortalezas, ser conscientes de ellas y apoyarse para generar pequeños cambios lo que nos dan grandes transformaciones.
Si yo preguntara al lector que entiende por organización positiva, seguramente me llevaría a una de las variables, la organizacional, que es verdad que incide pero no es suficiente, éstas son todas las referidas a lo que la empresa te da y que si me permitís hay empleados que ni si quiera saben que tienen…. (gympass, tickets guardería, comedor, etc).
Pues bien existen otras dos variables que no debemos perder de vista si queremos ser una organización positiva, la individual, la cual si la trabajamos bien nos lleva a generar emociones positivas y el entorno, la cual nos lleva a trabajar necesariamente las relaciones.
Para trabajar todo esto, necesariamente debemos trabajar el “capital psicológico” sí, han leído bien, además de gestionar el talento, se debe poner foco en como retener y evitar las fugas de ese capital. Alá! ¿y qué es eso y cómo se trabaja? De forma breve diremos que el capital psicológico es el conjunto de características y recursos personales en uso para llevar a cabo situaciones complejas. Para trabajar en este capital debemos saber cuales son las variables influyentes que inciden de manera directa.
* Optimismo: las personas que tienen más marcada esta fortaleza tienen la habilidad de aprender del pasado, vivir el presente y ver el futuro con esperanza
* Esperanza: las personas que tiene este rasgo viven las situaciones desde una óptica de ilusión y son capaces de definir diferentes alternativas.
* Autoeficacia: esta fortaleza nos ayuda a tener la convicción de superación. Suelen ser personas selectivas, realistas y una clara asunción de limitaciones.
* Resiliencia: son capaces de permanecer estables y saldrán fortalecidos de cualquier situación de cambio.
* Engagement: esta fortaleza te identifica con tu compañía, equipos y entornos.
Trabajar en ese capital psicológico nos lleva a tener personas, las cuáles sienten que el tiempo vuela, se reconocen absortos en la consecución de los resultados y su rendimiento es óptimo.
Así pues, llegará un momento en qué incluso en las entrevistas de selección, de evaluación, etc… no sólo nos medirán por nuestras competencias sino también por nuestras fortalezas, estas últimas son percibidas como la llave para ser tu mejor versión.
¿Cómo conseguimos esto?? Con pequeñas acciones basadas en las fortalezas como individuo y equipo. Así de fácil. Es fantástico ver la evolución de las organizaciones sin necesidad de acudir a macroproyectos de transformación. Work day to day.
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