En ocasiones, nos sentimos como si nuestro día a día estuviese sujeto a las necesidades de los que nos rodean y que no tenemos tiempo para dedicárselo a lo que realmente nos va a generar beneficios. Bien en salud, bien en felicidad, bien en rentabilidad para nuestros negocios. ¿Qué nos impide coger el timón de nuestro barco y navegar por la ruta que más nos convenga?
La mayor parte de las veces somos nosotros mismos los que ponemos trabas y obstáculos en el camino. Nuestro cerebro está acostumbrado a una rutina que se resiste a cambiar, salir de la famosa ‘zona de confort’ creada por los hábitos diarios. No nos importa que no sea la ideal, en ella los procesos están automatizados, son predecibles y nos hacen la vida más fácil (aunque a veces no sea así). Por eso, hay que ser consciente de que la iniciativa de escapar de ella tiene que partir de nosotros mismos.
Pero no se puede dar el gran salto de golpe, sino poco a poco, introduciendo pequeñas rutinas en nuestra vida diaria que sean fáciles de abarcar, como las que nos propone el Método de las Cajitas de goalboxes. Por ejemplo, escribiendo cada día los puntos que queremos cambiar. Sopesando los obstáculos que nos van a frenar y buscando soluciones para salvarlos lo antes posible.
Es imprescindible saber hacer autocrítica y detectar nuestras principales debilidades, que se van a empeñar en hacernos fracasar si se lo permitimos. Y no siempre es fácil, en ocasiones requiere de grandes dosis de valentía, ya que exponemos nuestra vulnerabilidad, además de los aspectos que menos nos gustan de nosotros mismos o que, incluso, rechazamos.
Cuatro ejercicios para coger las riendas de nuestra vida personal y profesional:
- Planificar: Cada día debemos reservar quince minutos de nuestro tiempo para planificar acciones que nos van a generar beneficios. Es decir, poner sobre el papel todo aquello que nos va a dar salud, felicidad o rentabilidad, traducirlo en momentos de nuestro día a día e introducirlo en nuestra agenda en un futuro a corto plazo.
- Proteger la agenda: Para lograr realizar esas acciones beneficiosas que hemos incluido en nuestra agenda, tenemos que protegerlas de posibles interrupciones. Por ejemplo, apagando el teléfono móvil durante el tiempo que vayamos a realizarlas, o agrupando y desplazando en el tiempo otros imprevistos, como leer emails, revisar facturas, etc.
- Realizar mediciones diarias: Es importante comparar lo que nos hemos propuesto hacer en nuestra planificación del día anterior con lo que realmente hemos hecho, las metas que nos hemos marcado frente a lo que hemos conseguido realizar.
- Hacer una autocrítica constructiva: Si hemos detectado una o varias metas no conseguidas en nuestra medición, es imprescindible autoevaluarnos y aprender de nuestros errores. ¿Qué hemos hecho mal? ¿Por qué no he logrado alcanzar todos los hitos planificados? Es muy importante ser conscientes de lo que hemos hecho mal, y aún lo es más el saber qué tendremos que hacer mañana para que no vuelva a ocurrir, autocorregirnos para cumplir nuestras metas.
Se trata de un método útil y eficaz para lograr todo aquello que nos propongamos, y con el que conseguiremos tomar las riendas de nuestra vida. Es decir, que nuestro día a día no se rija por los deseos de los demás sino por los nuestros propios.
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