Destino de riesgo; destino “inseguro”

Las vacaciones han echado el telón y las empresas van volviendo poco a poco a retomar su actividad. Es un periodo de tiempo donde las compañías deciden realizar cambios en sus plantillas. Es por ello, que la “ansiada” vuelta al trabajo puede suponer para algunas personas un verdadero quebradero de cabeza.

Los meses de septiembre suelen ser, por norma general, la fecha por excelencia que escogen las grandes multinacionales para realizar una movilidad de trabajadores. Sin embargo, en muchas ocasiones el destino al que son enviados los empleados no corresponde con un destino idílico post-vacacional, sino todo lo contrario; corresponde con un país de riesgo. Pero ¿qué quiero decir cuando hablo de país de riesgo? Son aquellos que, por su situación actual, conflictos sociopolíticos, levantamientos militares, terrorismo, secuestro y desastres naturales no aportan las garantías mínimas de seguridad para una asignación internacional. Quizás, uno de los ejemplos más claros donde la seguridad laboral y familiar del expatriado es peligrosa lo encontramos en Venezuela. Un país que está siendo ayudado por LATAM y que cuenta con el apoyo de Perú, lugar de destino de muchos venezolanos que encuentran allí un destino para vivir y trabajar.

Ahora bien, en el caso en el que la compañía tenga que disponer, por motivos estratégicos, de un empleado que vaya a un destino de riesgo es necesario que cuente con unos planes de apoyo y convenios individualizados para cada circunstancia. Existen algunas compañías de seguros internacionales muy especializadas en ofrecer seguros para empleados trasladados a destinos de alto riesgo. Cubren específicamente ese tipo de riesgo. Incluso llegan a encargarse de negociar con unos secuestradores si fuera preciso. Además, algunas empresas contratan este tipo de seguro para sus empleados. Nosotrosaconsejamos a los empleados movilizados que tengan en cuenta: supuestas amenazas como secuestros, terrorismo, intrusión en viviendas, abuso sexual, violación, salud y desastres naturales.

La globalización y ese afán casi inexpugnable de las grandes compañías por la búsqueda tanto del mejor talento internacional como de la excelencia está llevando a que cada vez los empleados se vean en destinos más peculiares e incluso con países en los que desconoce la situación actual. Es por ello, que desde EMS insistimos en la necesidad de realizar un estudio de evaluación de riegos cuando estas empresas quieran expandir sus negocios en sitios a priori “inseguros” o “desconocidos”. La mejor manera es buscar a expertos que puedan aportar una información actualizada y específica de la ciudad.

Si nos ponemos en la piel de un trabajador al cual le comunican la intención de enviarle a un destino de riesgo; ¿Qué es lo que debería hacer para que todos los trámites legales y su estancia allí sean lo más llevaderas posibles? Lo más importante es aceptarlo y comunicarle a su entorno la decisión. Después, tendría que analizar todos los factores que implicaría ese traslado: cobertura médica integral, alojamiento seguro, coche y un seguro ante una posible evacuación. Por último, empaparse de la situación, costumbres y tradiciones del destino final.

El mundo actual es muy diferente al de hace unos años, con un mercado laboral en pleno crecimiento y globalmente móvil. Hoy por hoy, el perfil del empleado movilizado incluye cualquier nacionalidad, sexo masculino o femenino, padre o empleado sin hijos. Además, la tarea encomendada puede ser a largo plazo o a corto, con responsabilidades de que un empleado sea trasladado tanto a países como la India, Nigeria, Ecuador, Sudáfrica, Kenia, Bahréin o Papúa Nueva Guinea, como a Londres o Singapur.

Garantizar la seguridad de los empleados en aquellas economías emergentes supuestamente inseguras es prioritario y exige la implementación de planes específicos e individualizados en función a las características sociopolíticas de cada asignación. A medida que las compañías penetran en nuevos mercados aumenta la cifra de empleados movilizados. Una gran parte de esas asignaciones suponen un desafío para la compañía desde el punto de vista de la seguridad.

La experiencia previa nos ha demostrado que las organizaciones que abordan de forma integral la selección de candidatos para destinos “inseguros” suelen tener mejores resultados que las que se centran exclusivamente en habilidades técnicas concretas del individuo.

Para finalizar, quiero hacer hincapié en que cuando una empresa expande sus negocios a destinos parcialmente “inseguros” resulta fundamental que cuente con un estudio de evaluación de riesgos; pero no sólo eso, sino que además los responsables de las compañías tiene que conocer detalladamente el contenido de esos planes y estar bien informados sobre los desafíos para la seguridad que generan esos lugares de destino y deben dar a sus empleados un plan de acciones previstas para la mitigación de los riegos. Dar con el trabajador adecuado para el puesto, atraerlo con suficientes incentivos para que lo acepte con agrado y garantizar su seguridad económica con un coste adecuado para la competitividad de la compañía.