Las PYMEs españolas que desean permanecer en el mercado están realizando, necesariamente, importantes cambios en sus estructuras organizativas y de procesos.
Para competir en los mercados actuales y en el futuro tecnológico hacia el que nos dirigimos, las empresas deben haber realizado sus transformaciones y haberse adaptado a las nuevas formas de gestión empresarial que demandan, tanto las nuevas generaciones, como los nuevos mercados.
Da igual que sean empresas totalmente tecnológicas o que operen en sectores tradicionales. El cambio y la transformación es una exigencia actual para todas.
Y, como directivos de organizaciones, debemos tener muy presente que quienes realizan los cambios dentro de las organizaciones son los equipos de trabajo y las personas que aportan, día a día, su granito de arena al conjunto de la organización.
Por tanto, a esas personas hay que cuidarlas…
Hay que cuidarlas para que den lo mejor de sí mismas y los procesos de transformación sean más rápidos.
Hay que cuidarlas porque cuando las personas se sienten a gusto, dan lo mejor de si mismas.
Hay que cuidarlas para que confíen en su empresa y opongan menos resistencias a los cambios.
Hay que cuidarlas porque si uno se siente feliz, va a contar cosas muy buenas sobre su trabajo.
Hay que cuidarlas porque el talento es limitado y si tú no lo cuidas, se irá a otra empresa en donde lo cuiden mejor.
Las personas son el mayor capital con el que cuenta una compañía. La inversión que se realiza en una persona nueva que entra a formar parte de una organización es elevada. No sólo hay que integrar a esa persona en la cultura de la empresa, sino que hay que guiarle en los procedimientos de trabajo de la organización y realizar capacitaciones periódicas para que mejore, cada año, su desempeño profesional. Porque cuanto mejores sean los profesionales que tenemos en nuestras estructuras, mejor podremos competir en los mercados actuales. El tiempo que tarda una persona en estar totalmente integrada en una compañía es de alrededor de un año. Todo ese tiempo es inversión de la empresa para que desarrolle su labor profesional de la manera óptima para la compañía.
Por tanto, prescindir de cuidar a las personas es una pérdida de inversión irrecuperable.
Los equipos y la Responsabilidad Social…
Si realizamos un análisis en función del nivel de consideración que tienen las personas en una organización, podemos decir que existen dos tipos de empresas: las que consideran a sus colaboradores como elementos de una máquina de producción y las que consideran a las personas el motor fundamental de su negocio.
Las primeras recibirán de sus colaboradores horas de trabajo y una baja implicación. Porque las horas de trabajo se compran con un salario, pero la implicación de la persona te la debes ganar.
Las segundas recibirán implicación y compromiso por parte de sus equipos de colaboradores. Y esa implicación y compromiso de las personas es, a la larga, una fuente de rentabilidad porque mejoran sus procesos día a día, consiguiendo una eficiencia mayor.
La eficiencia es hacer más con los mismos recursos. Sólo las personas implicadas, comprometidas y felices son capaces de innovar sobre su trabajo diario.
Cuando converso con CEOs de compañías, siempre les invito a que reflexionen sobre la función social de su empresa. Porque considero que toda empresa cumple, además de otras cosas, una función social en su entorno. Y esto significa que las empresas tienen la obligación moral de que sus colaboradores evolucionen y mejoren continuamente. Que cuando un colaborador salgade la empresa en la que trabaja sea un mejor profesional y una mejor persona. Y las empresas que cumplen esta premisa suelen ser empresas exitosas.
Por ello, en las políticas de Responsabilidad Social de las compañías debe haber unas claras políticas de Responsabilidad Social Interna que permitan a las personas encontrar su felicidad en el desempeño de su trabajo diario.
Esto significa encontrar su talento, mejorar su desempeño, promover su creatividad y aumentar el nivel de cohesión social entre las personas.
Bornay es una de las empresas con las que llevo casi una década trabajando. San Bornay es una actividad para cuidar a los colaboradores. Es una actividad de cohesión social más allá de la colaboración diaria en la empresa. Los empleados de Bornay disfrutan de un día laborable en el que no se trabaja de la misma manera. Es un día donde se realizan actividades que permiten a los equipos relacionarse de una manera diferente y conocer aspectos distintos de la persona. A algunas miradas les podría parecer un día perdido. Sin embargo en Bornay se considera una inversión. Es una celebración de que la empresa sigue funcionando gracias a las personas que conforman sus equipos.
Y cada año, con la llegada del verano, llega también un nuevo San Bornay.
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