Hoy, con motivo del día mundial de la diversidad cultural para el dialogo y el desarrollo, tenemos la oportunidad de detenernos y analizar el mosaico cultural en nuestro país, y más concretamente en nuestro entorno laboral.
Según fuentes del Instituto Nacional de Estadística, en el primer trimestre de 2018, en España había alrededor de 2 millones de personas extranjeras ocupadas, lo que supone un 11% de nuestra población ocupada.
Así pues, en nuestras compañías vemos cómo parte de nuestras personas tienen distintas procedencias y perspectivas diferentes a la española. Además, la globalización y las nuevas formas de trabajar hacen que nuestros profesionales se relacionen en el día a día con colegas, clientes y proveedores con otras culturas. Esta situación debería hacer que los departamentos de Recursos Humanos sean capaces de adaptar su gestión a este nuevo escenario.
Parece que es comúnmente es aceptado que la gestión de la diversidad en su conjunto no sólo beneficia la creación de una sociedad más justa y equitativa, sino que además supone una mayor creatividad y productividad impulsando así las oportunidades de innovación. Aportando competitividad y rentabilidad al negocio, y proporcionando una Employee value Proposition atractiva para todos los colectivos.
Las organizaciones deben aprovechar al máximo la oportunidad y contribuir así al éxito de la compañía. Estos esfuerzos supondrán grandes beneficios que se verán reflejado en las cuentas de resultados, logrando así un mejor desempeño.
En un contexto diverso, la adaptación y gestión del cambio mejora, así como el liderazgo frente a otras empresas, dando una imagen externa de responsabilidad e integración.
Permitiéndote construir una base de habilidades diferencial, sin perder ese talento tan relevante que te permita mejorar tu competitividad y suponga un valor añadido a tu estrategia.
Sin embargo, el mero hecho de gestionar la Diversidad no proporciona a las compañías las ventajas antedichas. Para ello, es clave tener una cultura de inclusión.
Existe una conexión directa entre los dos conceptos. La diversidad necesita de una cultura inclusiva para que florezca. Si no se valora a las personas por lo que hacen sino por lo que son, si existen prejuicios, si la toma de decisiones está plagada de sesgos, aunque sean inconscientes, la riqueza que proporciona la diversidad no se produce.
Según un estudio de McKinsey & Company existe una relación directa entre la diversidad racial y étnica y una mayor rentabilidad para el negocio. Según este estudio:
Si tu compañía está entre el 25% de las empresas con mayor ratio de diversidad racial y étnica, está tendrá un 35% más de posibilidades de obtener resultados financieros por encima de la media.
En lo relativo al género, si tu compañía está entre el 25% de las empresas con mayor diversidad de género entre sus empleados, tendrá un 15% más de posibilidades de mejorar los resultados económicos medios de su sector.
Así pues vemos como la diversidad es puesese mix de talento y, la inclusión es hacer que esemix funcione.
Son aún pocas las empresas que tienen en cuenta este vector. En España, principalmente se está trabajando en la diversidad por género y en la diversidad por edad. Son los anglosajones los que sí tienen larga experiencia acumulada en la gestión cultural y recientemente se está abordando como una derivada de ésta, la perspectiva de la religión.
Es todavía mucho el camino que tenemos que recorrer, pero seguro que llegaremos a buen puerto. Dejémonos, entonces guiar por el espíritu de este día en nuestra labor en nuestras empresas y teniendo presente la máxima de Javier Pérez de Cuellar cuando era secretario general de la UNESCO: la cultura es energía, inspiración y enriquecimiento, al tiempo que conocimiento y reconocimiento de la diversidad.
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