Las empresas están viviendo una verdadera transformación digital que influye directamente en sus modelos de negocio.
Internet, las nuevas tecnologías y la llegada de herramientas digitales al puesto de trabajo implica que las compañías definan el nuevo perfil de sus futuros líderes. Buscan personas inspiradoras y cercanas para el trabajador. Con capacidad comunicativa, transparentes, innovadoras y con una visión futura para adaptarse a los cambios. Que sean capaces de resolver conflictos en situaciones complicadas y que tengan la humildad en el reconocimiento de sus éxitos profesionales. Y al mismo tiempo, ser responsables en importantes decisiones que suponen competencias de gestión y estrategia de negocio.
El directivo del mañana es un perfil que no es percibido como un jefe sino como un líder, como un compañero y un colega en el que se puede confiar. En palabras de Steve Jobs: “la única manera de hacer un trabajo genial es amar lo que haces” por lo que nos hace pensar que un verdadero líder es aquel que siente pasión por lo que hace.
Los nuevos directivos deben adaptarse a la transformación digital y para ello deben aprobar todavía en varias asignaturas: Ser expertos en comunicación y mejorar las competencias de liderazgo, entre ellas, la motivación y el trabajo en equipo.
Para que una empresa genere buenos resultados y sea altamente competitiva, los directivos no solo deben ser estratégicos y con competencias de negociación y gestión, sino que deben ser al mismo tiempo líderes efectivos.
La orientación a los resultados y la iniciativa son puntos fuertes del director de hoy en día, pero deben interiorizar al máximo el papel de coach con un estilo de management participativo. El buen líder tiene la capacidad de aceptar la diversidad de su equipo y adaptarse a sus necesidades. Las personas son tan diferentes que el líder debe detectar la mejor forma para gestionar a cada persona de su equipo.
Podríamos decir que los directivos de hoy aprueban en el diseño de estrategias y en la toma de decisiones para crear una empresa competitiva pero deben apostar fuertemente por involucrar la responsabilidad social dentro de la empresa, como la adaptación a las nuevas generaciones de jóvenes que se mueven por proyectos y buscan nuevos retos.
También deben trabajar en el bienestar de sus empleados favoreciendo un buen clima laboral, una buena comunicación interna y potenciar el reconocimiento, esto último una de las cosas más valoradas por encima del salario.
Está más que demostrado que las personas que trabajan en un buen entorno laboral con directivos bien valorados son más productivos.
El futuro directivo debe ir un paso por delante: desarrollar un pensamiento estratégico en una era de constante transformación, capacidad de continuo aprendizaje para estar siempre actualizado y dedicación a sus trabajadores.
Los comentarios están cerrados.