Decía el filósofo estadounidense Elbert Hubbard que “existe algo mucho más escaso, fino y raro que el talento: el talento de reconocer a los talentosos”. Los que nos dedicamos a la gestión integral de Recursos Humanos podemos dar fe de ello, sin duda. Identificar el talento es complicado, pero quizás más difícil es retenerlo, de ahí uno de nuestros principales retos en el voluble escenario de la transformación digital.
Buscamos a los mejores y para ello debemos prepararnos para competir por el talento y mimarlo para que crezca dentro de nuestra compañía, atendiendo a los diferentes perfiles profesionales pero adaptándonos a sus necesidades. Se habla de los millennials, y es lógico porque están en plena incorporación al mercado laboral y constituyen una nueva generación con necesidades, demandas y límites laborales totalmente distintos.
Estos nuevos perfiles de trabajadores son creativos, exigentes y no tienen miedo al cambio, por lo que retener este talento emergente es todo un desafío para nosotros y conseguir su compromiso, clave. Debemos implantar una serie de estrategias que consigan el deseado engagement de nuestros profesionales, situándolos en el centro y optando por una estructura de la compañía mucho más abierta y menos hierática, con fórmulas como el liderazgo líquido como referentes.
Garantizar un entorno laboral agradable, donde el diálogo sea la base y que muchas de las iniciativas que surjan se lleven a cabo garantiza el éxito y la retención del talento. Y todo ello, articulado por supuesto alrededor de un sistema de Responsabilidad 360º en el que todos, del primero al último, suman para la organización y en la que se asumen como propios los retos del colectivo y los valores de la cultura empresarial, haciéndolos extensibles al global de la sociedad.
En definitiva, la búsqueda y la gestión del talento no deben quedarse sólo en una declaración de intenciones, sino que debe responder a un plan bien diseñado porque el desarrollo de nuestra organización depende de ello. Y los profesionales de Recursos Humanos deben dar ese paso al frente porque, sin duda, el espíritu de equipo es el que da a las empresas ese plus que los diferencia de la competencia.
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