La población activa rejuvenece, y no se trata de un reemplazo sencillo. Las nuevas generaciones, concretamente la millenial, tienen una forma de entender el mercado laboral muy distinta a la de los empleados más veteranos y a lo que muchas empresas pueden estar acostumbradas. Además, este relevo generacional se está produciendo de forma más acelerada en algunos sectores y no solo por la propia tendencia de jubilaciones e incorporaciones, sino también por las competencias y aptitudes que hoy se requieren y hace unos años ni se conocían. Todo ello supone un gran reto para los equipos de recursos humanos, que deben contratar y gestionar a una nueva plantilla con otra manera de ser y de comportarse, con otra forma de trabajar, con otras prioridades e intereses personales incluso.
La generación millenial se caracteriza por ser digital, multitarea y flexible, autodidacta y colaborativa; pero también crítica y egocentrista. Estos trabajadores del presente necesitan proyectos que les motiven, necesitan estar conectados con su entorno (dentro y fuera del trabajo y en todo momento), necesitan ser escuchados, necesitan, en suma, un balance constante entre el trabajo y la vida personal.
Primer paso: la contratación
El reclutamiento de talento a través del medio digital es clave para esta generación —redes sociales y plataformas digitales de empleo, además de un formato sencillo en la propia web de la empresa—, no sólo porque es el sitio donde busca sus oportunidades, sino también por la posibilidad de una comunicación directa, unipersonal y cercana con ellos.
Un tema importante es que el talento millenial — y el de las generaciones que les siguen, también incorporándose ya al mercado laboral— es mucho más difícil de retener. Se trata de profesionales en continuo desarrollo, inquietos, que no temen cambiar de trabajo o realizar distintas tareas, más bien al contrario, lo buscan: la media de permanencia en un puesto en el rango de edad 25-34 años se sitúa en los 3 años. Por eso una buena idea puede ser contar con un equipo de trabajo multidisciplinar y multigeneracional, que estimule la creatividad y la productividad de los empleados para mantenerles alerta y activos y abrir siempre las puertas a la movilidad interna ante cualquier vacante.
Además es muy importante construir una cultura organizacional alineada con la nueva mentalidad millennial: apertura, colaboración, retroalimentación y trabajo en equipo. Se trata de una generación autodidacta, multitarea y creativa. Aprovechar esas cualidades no será solo beneficioso para estos trabajadores sino también para la empresa: está demostrado que el trabajo por objetivos es muy bien valorado por los empleados y además aumenta la productividad, ¿qué más podemos pedir?
Por último, los millennials buscan sentirse apoyados, motivados y asesorados. Valoran especialmente todas aquellas actividades que les sirven de incentivo, como actividades de salud y deporte dentro de la propia compañía, el fomento de sus hobbies o los bonus por cumplimiento de objetivos, pero lo más importante, no lo olvidemos, es la comunicación: los millennials no encajan en sistemas de liderazgo demasiado rígidos, sienten la necesidad de aportar valor al trabajo que realizan y sentirse líderes en alguna de sus facetas laborales, poder comentar estas inquietudes con sus superiores y sentirse escuchados es fundamental.
Se trata de un cambio de modelo que muchas empresas, grandes y pequeñas, ya han entendido y empiezan a aplicar y que otras no tendrán más remedio que considerar en un futuro muy cercano…
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