Uno de los principales cometidos del departamento de Recursos Humanos es la selección de personal: encontrar a la persona adecuada para cada necesidad dentro de la empresa, formarla y hacerla crecer profesionalmente. Pero también asegurarse de que los mejores empleados, los que tienen el mejor talento, la experiencia justa y las habilidades más destacadas, sigan en la compañía.
Es cierto que en el día a día podemos recoger información sobre la productividad del personal, su rendimiento, su proyección…, pero sigue siendo una sorpresa cuando alguno de esos profesionales decide marcharse. ¿Podemos evitarlo? Quizá en algunos casos no, pero lo que sí es cierto es que, gracias a las tecnologías de Big Data y Analytics, que empiezan a utilizarse en recursos humanos hoy podemos, al menos, anticiparlo.
El análisis predictivo (exprimir los datos para identificar tendencias y patrones), en este caso, es una herramienta emergente para ayudar a los responsables de RRHH a retener ese talento cuya pérdida, dependiendo del puesto y de la especialización del trabajador, puede suponer un alto coste para la empresa.
Así, combinando datos como como la edad, el tiempo en la empresa, los ratios de rendimiento o el tipo de contrato, con otros elementos como si va al trabajo en coche o transporte público, podemos hacernos una idea bastante aproximada de si un empleado apreciado podría dejarnos y plantear medidas con antelación.
Aquí, por supuesto, pueden surgir dudas sobre la protección de la privacidad del empleado. La solución está en analizar menos situaciones particulares y más tendencias o patrones ‘generales’. De este modo el departamento de recursos humanos puede crear planes de acción para evitarlo. Imaginemos que la situación geográfica de la compañía y sus horarios hacen que la mayoría de los empleados soporten una hora de atascos diaria, con el consiguiente malestar, retrasos, pérdida de productividad general y posibles búsquedas de otros empleos ¿tal vez se pueda plantear implantar teletrabajo o unos horarios más flexibles?
Y es que mucho se ha hablado del Big Data para captar o retener clientes: qué compran, cuándo van de vacaciones, qué páginas visitan o de qué se quejan. Con el cliente interno, el empleado, puede funcionar de la misma manera. Descubrir qué quiere o qué necesitan nuestros empleados es la mejor manera de retenerles. Y además la felicidad del personal, está comprobado, aumenta la productividad y por tanto beneficia a la empresa.
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