Nuestra oficina se ha convertido en una extensión de nosotros mismos. Cuanto más tiempo pasamos en ella, más se parece a nosotros. De hecho, las líneas que separan el trabajo de nuestra vida personal son cada vez más difusas. La tecnología ha permitido que podamos trabajar desde cualquier lugar del mundo, mientras que los nuevos conceptos de trabajo permiten realizar actividades de ocio y deporte dentro de las oficinas.
Existe una innegable conexión entre la identidad de las personas y los espacios de trabajo porque, de alguna manera, tenemos un impulso profundamente arraigado que busca reconocer nuestra identidad a través de la conexión con nuestro entorno, a través de nuestras experiencias sensoriales.
Aunque la arquitectura se ha considerado tradicionalmente como algo frívolo y superficial, los espacios de diseño son una tendencia que se está volviendo cada vez más accesible -y asequible- en algunos hogares. ¿Por qué no lo aplicamos a los espacios de oficina? Lo cierto es que somos mucho más sensibles a la arquitectura de lo que pensamos, y estar inmersos en un espacio de alto diseño nos ayuda a entrenar el cerebro y a trabajar más felices. Y si estás más feliz, tus clientes y compañeros de trabajo también lo estarán, y por tanto conseguirás tus objetivos con más optimismo.
Los tipos de paredes, las sillas, o el mobiliario que nos rodea definen nuestra forma de pensar. Por esta razón, la composición y decoración de un espacio puede determinar el estado de ánimo de los que trabajan en él: las habitaciones pequeñas y poco acogedoras transmiten frialdad, sensación de desprendimiento e incluso tristeza. En cambio, los espacios abiertos, fluidos, bien iluminados, aumentan nuestro estado de ánimo y nos dan fuerzas. Además, los espacios amplios nos ayudan a desarrollar nuestro potencial creativo, y a explorar más profundamente nuestras propias capacidades para ver realmente lo que somos capaces de lograr.
Porque un profesional sólo puede crecer cuando está en su mejor forma física y mental. Y un espacio en el que sea capaz de sentirse a gusto, es la mejor manera de conseguirlo.
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