En mi trabajo de consultor, constato que existe una cierta inquietud e interés, sobre las diferentes generaciones que convivimos en el mercado de trabajo y las diferentes formas de entender las motivaciones, los objetivos, la razón de ser de cada una de ellas con respecto a lo que buscamos profesionalmente.
Todo evoluciona muy rápidamente tanto a nivel social como profesional, el mundo ha dejado de ser “mayúsculo y remoto” para convertirse en lo que hemos definido como “Aldea Global”, dónde todo parece próximo gracias al acceso en tiempo real a la información que se está produciendo en cualquier lugar del planeta.
Todo ello está provocando cambios sociales a velocidad de vértigo, vemos que desde la forma de vestirse, alimentarse, hacer deporte, escuchar música, ir al cine, etc. Son formas cada vez más globales que dejan lo local en pura anécdota del pasado, que aunque no tan lejano, nos parece la prehistoria.
Si volvemos a las “generaciones” profesionales, nos hemos llegado a familiarizar con términos más o menos acertados, Baby boomers, Generaciones X, Y,…y por último los “Millenials”.
¿Pero qué es un Millenials?, yo empezaría por decir que ante todo se trata de una persona JOVEN. Utilizo un término que lanzó un publicista en un spot para vender coches hace ya bastantes años, y que hablaba de “Jóvenes aunque sobradamente preparados” los JASP.
A fuerza de consumir ríos de tinta creando teorías más o menos focalizadas, hemos llegado a la conclusión de que los “Millenials” son además de jóvenes sobradamente preparados, tipos que representan el nacimiento de una nueva raza, repitiéndonos hasta la saciedad, que el mundo profesional se ha seccionado en 2 orillas, la de los Millenials por un lado y la de los demás en frente, lo que nos lleva a pensar que pueden tratarse de “seres diferentes” que de pronto nos los hemos encontrado en las empresas.
A los Millenials, nacidos entre principios de los 80 y 1995, se les etiqueta con una generación inconformista, rebelde, infiel a sus empresas y a todo aquel directivo que tenga más de 45 años. Creen firmemente que no van a permanecer en las empresas si no hay evolución meteórica, reconocimiento, adaptabilidad a su visión de equilibrio de la vida. Por lo general, no entienden ni comparten los estilos de trabajo de sus directivos y hacen de su formación un punto diferenciador y por supuesto todo lo que hacen está apoyado en la tecnología.
Yo apunto además que la generación de los “Millenials” va a enterrar o casi, algunas prácticas al uso (en algunos casos todavía Taylorianas) cómo la de la presencia en las oficinas, la forma de vestir (la corbata no existe en sus armarios), la movilidad, los hábitos de compra, de viajar, etc.
Aparentemente se les “enfrenta” a managers que les pueden parecer “trogloditas” ególatras, anclados en formas arcaicas de trabajo, sin capacidad estratégica y por supuesto sin habilidades tecnológicas, y más preocupados de mantener sus privilegios y la silla, que en desarrollar sus áreas de actividad.
Les puedo asegurar que cuando me siento con un candidato en un proceso de selección, me encuentro talento, visión estratégica, habilidades, competencias, implicación, posiblemente en un porcentaje superior en la “nueva generación”, pero si comparamos “peras con peras”, mi opinión es que la única diferencia entre 2 buenos candidatos, sin importar las generaciones, es que el uno puede tener más experiencia derivado de los años que lleva en el mundo laboral y normalmente sabe lo que quiere, y el otro, aporta esa magnífica realidad de ser un JOVEN SOBRADAMENTE PREPARADO que tiene toda la vida por delante y quiere integrarse en una empresa dónde aprenda, se le tenga en cuenta, se pueda desarrollar, tenga proyectos y pueda aspirar a crearse un futuro en toda su extensión.
La diferencia con lo que ha venido ocurriendo generación tras generación, es que ahora todo es efímero y muy rápido en su ciclo de vida.
Para mí está muy claro que las empresas están desarrollando cada vez más lo que podríamos llamar “áreas de convergencia”, que no es otra cosa que prever de qué forma los “senior” pueden ayudar a realizar la transferencia de experiencia y conocimiento a los “junior JASP”, que entre otras cosas aportan competencias y habilidades diferentes, pero absolutamente complementarias.
Ahí está la clave para que los Millenials encuentren el camino, y las empresas se beneficien de esa diversidad generacional.
Démosles su oportunidad de la misma manera que nos la dieron a otros en el pasado.
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