En el trabajo, en el objetivo por alcanzar nuestra meta profesional, podemos ser activos o reactivos. Es decir, podemos esperar a que otros se den cuenta de nuestro talento y a que nos ofrezcan nuevas oportunidades profesionales, o podemos ser proactivos y hacer que nuestro talento sea visible y nos reconozcan por él.
Según explica Carme Castro, coach y socia de Kainova, empresa especializada en la gestión de las personas, “la clave del éxito, especialmente en el ámbito de los directivos, reside en nuestra capacidad para crear una marca personal, autentica y con una clara propuesta de valor, y definir una buena estrategia para reducir el tiempo en alcanzar esa meta profesional deseada”.
Crear la marca personal representa identificar el valor que aporta tu talento, un trabajo interesante para reconocer y poner en valor dónde reside la diferencia respecto a otros profesionales. Ese reconocimiento, a su vez, genera seguridad y confianza en tus capacidades.
El siguiente paso es hacerse visible. Existen diferentes estrategias según el perfil profesional, ahora bien, nadie duda que, en la actualidad, las redes sociales son una buena herramienta. Pertenecer a una red social nos interesa por muchas razones, tanto en el ámbito privado como en el profesional. En este último campo, en el laboral, invertir tiempo y esfuerzo en estas redes nos ayuda a propagar y dar a conocer nuestra propia marca y, en última instancia, puede marcar la diferencia en nuestra trayectoria profesional. “Con una marca personal y una estrategia adecuada podremos alcanzar nuestras metas con menos esfuerzo, mayor satisfacción y disfrutando del trayecto, evolucionando de forma rápida, segura y consciente”, explica Carme Castro.
Para un directivo, la marca personal es, en definitiva, una herramienta de marketing y comunicación de su talento, su saber hacer y su potencial. En el terreno del posicionamiento profesional, puede ser la diferencia entre alcanzar el éxito o permanecer en el anonimato.
“Si queremos crecer profesionalmente, tenemos dos caminos: podemos ser reactivos y esperar a que alguien detecte nuestro talento, o ser proactivos y hacer que nuestro talento sea visible”, concluye Carme Castro.
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