Me viene a la mente un reciente anuncio de televisión de una conocida compañía española que decía que “a veces hay que parar para poder seguir” en estos momentos en los que sobre la mesa de mi despacho se cruzan los datos de cierre del ejercicio 2016 con los objetivos estratégicos de 2017, y en los que se mezcla en mí la satisfacción de lo conseguido el año pasado con el estímulo de los retos que nos hemos marcado para este nuevo año en el que nuestra compañía Ackermann Beaumont Group cumplirá su octavo aniversario.
Por unos momentos mi mente sigue el consejo del anuncio y abandona la vorágine diaria de pensamiento, el “hay que hacer”, el “mañana tengo que…”, y se detiene… se detiene a pensar en todo lo acaecido en estos últimos años que acabamos de completar con un inmejorable sabor de boca ya que en 2016 hemos conseguido crecer un 160% en España, un 120% en Latinoamérica y un 115% en Europa.
Sin darme cuenta, me sitúa de nuevo en los primeros compases de aquel 2009, cuando empezamos con este sueño de compañía. Tiempos aquellos de decisiones difíciles, de muchos miedos, incertidumbres e insomnios… Los lógicos cuando te planteas dejar una multinacional consolidada para empezar de cero un nuevo proyecto, y más aún cuando eliges hacerlo en un contexto de crisis económica…
Y me hace viajar -cual montaña rusa- por cada uno de esos años, llenos como han estado de momentos alegres, momentos relativamente sencillos, momentos intensos, momentos retadores y estimulantes, pero también de momentos difíciles y momentos muy complicados…
Y me devuelve al aquí y ahora, al tiempo presente, para permitirme disfrutar de este comienzo de año desde la conciencia de que ésta ha sido, sin lugar a dudas, la mejor decisión profesional que he tomado nunca.
Hacerlo, además, sintiendo la máxima satisfacción por haber logrado dar forma a un proyecto empresarial multinacional y construir una marca de referencia en el sector de Executive Search y consultoría de RRHH. Hoy, Ackermann Beaumont Group está presente en más de 25 países y cuenta con un equipo de más de 200 profesionales que trabajan cada día para dar lo mejor de sí para atender las necesidades de nuestros clientes en un entorno altamente cambiante, competitivo y exigente.
“A veces hay que parar para poder seguir”…
…Poder seguir…
Es cierto, toca continuar, así que mi mente se pone nuevamente en marcha hacia el futuro…
Estamos en los primeros compases de este 2017 pero, sobre todo, de una nueva economía y un nuevo mercado laboral que se dibujan al compás de los grandes avances tecnológicos que se están produciendo. Es difícil anticipar lo que va a pasar, pero lo que sí parece claro es que nada va a ser lo que era, ni a nivel económico (las compañías que liderarán la economía en los próximos años puede que aún no existan) ni a nivel laboral (parece seguro que las profesiones más demandadas y que ocuparán a nuestros hijos están por crearse…).
Pero, sobre todo, si de algo no tengo dudas es de que el talento seguirá siendo el activo que marcará la diferencia, y es por ello que en Ackermann Beaumont Group seguiremos trabajando para ayudar a nuestros clientes a cumplir sus objetivos estratégicos brindándoles el mejor talento… allí donde lo necesiten… Para eso seguimos ampliando fronteras, consolidando mercados y negocios, y reforzando nuestro expertise sectorial y nuestro equipo en España, Latinoamérica, etc., conscientes de que ése es nuestro principal activo estratégico.
Porque en Ackermann Beaumont Group cumplimos años, pero no nos acomodamos. La experiencia es un trampolín que nos impulsa y estimula a descubrir nuevas fórmulas para dar respuesta a los apasionantes retos que tenemos por delante.
Nacimos hace 8 años de la convicción de que la excelencia no es una opción en nuestra labor sino una obligación; nuestros clientes lo saben y esto es algo, lo único, que no estamos dispuestos a cambiar por muchos años que cumplamos: esa apuesta por la mejora continua y la satisfacción de los clientes y candidatos con los que trabajamos… Y tampoco queremos perder el vértigo en el estómago. Ese que sentí el día que abandonaba mi anterior empresa y mi vida como empleado por cuenta ajena; no quiero renunciar a él, me niego a hacerlo. Es un compañero de viaje imprescindible para nosotros. El que nos recuerda que nada está hecho y todo por hacer. Que no hay éxito eterno sino que éste se pelea cada día. El que nos alienta a esforzarnos y superarnos cada día un poco más. A no conformarnos con lo obvio y a buscar siempre lo mejor… Y así es como damos la bienvenida al 2017 y nos ponemos manos a la obra para construir un hito más en la historia de Ackermann Beaumont Group.
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