El absentismo laboral afecta seriamente a la competitividad de las empresas. El porcentaje de ausencias en el puesto de trabajo ha incrementado incansablemente desde el 2012 y ha alcanzado los valores de 2010. Los datos insisten en advertir que la tendencia seguirá al alza.
Para determinar los costes que provoca el absentismo laboral en las empresas hay que tener en cuenta las consecuencias directas (el pago de la prestación del 4º al 15º día de la baja laboral por enfermedad común), así como el pago de las cotizaciones a la seguridad social durante toda la baja. También hay que incluir en este apartado el coste de la contratación de un sustituto y las prestaciones complementarias de incapacidad temporal incluidas en muchos convenios colectivos. Pero también hay que tener en cuenta el coste del tiempo que se dedica a buscar un sustituto para el trabajador afectado, el sobresfuerzo que tienen que hacer el resto de empleados para cubrir la ausencia y, en muchas ocasiones, la reducción de la calidad.
Según el último informe Adecco sobre absentismo laboral, las faltas en el puesto de trabajo tienen un coste directo de 3.852,25 millones de euros anuales para las empresas. El coste de oportunidad en términos de la producción de bienes y servicios que se dejaron de producir asciende a 52.387,15 millones de euros.
Es por todos estos motivos que cada vez hay más empresas que se esfuerzan en intentar contener y reducir el absentismo laboral. No es tarea fácil. Para abordar los motivos que provocan las ausencias justificadas o no en el puesto de trabajo hay que tener en cuenta muchos factores. Para empezar hay que tener claro que una parte del absentismo laboral es inevitable. Las personas enferman. Pero existe un porcentaje de bajas que son evitables o cuya duración se puede reducir de manera importante. Para lograrlo hay que conocer las múltiples caras que tiene el absentismo, así como las distintas problemáticas características de cada sector.
Después de 30 años ayudando a las empresas a superar este problema, desde Tebex hemos aprendido que uno de los puntos clave es la falta de información de arriba abajo y horizontal. En diferentes reuniones con empleados o con representantes de los trabajadores, nos han trasladado el estrés que provoca llegar al puesto de trabajo y descubrir que la organización ha cambiado, o que la función a desarrollar a partir de ese momento es distinta, pero sin ninguna explicación que lo justifique. La comunicación, tan sencilla y compleja al mismo tiempo, es una de las claves para conseguir que los empleados se sientan más vinculados a la empresa y, en consecuencia, tengan otra actitud. El absentismo se reduce drásticamente cuando los empleados se sienten a gusto. Además, como resulta evidente, su productividad aumenta.
Otro problema que sufren los empleados de determinados sectores es la repetición de sus funciones durante toda la jornada laboral. A corto plazo, un trabajador que siempre haga lo mismo es más productivo. Gana en velocidad, no se equivoca… Pero a medio y largo plazo, la constante repetición de una función o de un movimiento puede acarrear consecuencias negativas. El ejemplo del dolor de espalda es el que todo el mundo visualiza, pero existen muchas otras problemáticas. Es recomendable un equilibrio entre la productividad y el bienestar físico y psíquico de la plantilla.
Otro riesgo que aumenta el absentismo laboral, según nuestra experiencia, es la falta de formación de los mandos intermedios. Muy a menudo, buena parte del absentismo se puede evitar gracias a unos mandos intermedios preparados y con una buena formación para gestionar personas. Su impacto sobre el bienestar de los trabajadores es directo.
Finalmente, existe un absentismo laboral –aunque reducido- que es simple y llanamente fraude. En estos casos, es necesario detectarlo a tiempo y obrar en consecuencia. Las bajas injustificadas perjudican a la productividad, pero también afectan muy negativamente al resto de trabajadores. A menudo, la expulsión será la mejor solución, pero existen otros casos en los que puede ser muy útil determinar por qué motivos el trabajador ha optado por defraudar. En algunas ocasiones hemos logrado buenos resultados después de ayudar y acompañar a empleados que habían abusado por problemas personales o con aspectos del trabajo que los empresarios ignoraban.
Las empresas que toman cartas en el asunto logran buenos resultados. A veces, basta con mejorar el ambiente de trabajo. Sea como sea, en la lucha contra el absentismo, todos salimos ganando.
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