Escribir algo acerca de liderazgo en estos tiempos que corren es algo así como opinar de fútbol: hay tantas ideas al respecto como seleccionadores de fútbol (unos 46 millones sólo en España).
“Persona que habla muy bien”, “llega a la gente”, “tiene carisma”, éstas son las características típicas que podemos escuchar si preguntamos a cualquier persona qué dotes debe tener un buen líder. Hay documentación sobre los distintos tipos de liderazgo para aburrir: liderazgo transformacional, situacional, niechstziano, autocrático,…
Como no quiero entrar en demasiados tecnicismos, me gustaría quedarme en algo más mundano y hablar de dos tipos de liderazgo: el bueno y el malo. Sé que es demasiada simplificación, y sé también que me estoy arrogando un derecho “peligroso” como es el de discernir al líder “bueno” del líder “malo”. Pero voy a bajar tanto la pelota al suelo que estoy seguro de que les voy a convencer.
Mejor aún, hablemos de dos tipos de liderazgo en los siguientes términos: gran liderazgo y liderazgo pernicioso. ¿Qué quiero decir con liderazgo pernicioso? Muy sencillo: un líder pernicioso es aquel que después de ejercer su periodo de liderazgo deja las cosas peor (a veces bastante peor) de lo que estaban. Sé que ese tipo de valoración es muy subjetiva, pero puede realizarse. Es como valorar la posición de una partida de ajedrez si después de 10 o 12 jugadas, el blanco está mejor que el negro, ¿no?
Para proseguir este análisis, podemos clasificar los habilidades de cada tipo de líder en dos grupos: los “tangibles” (se ven y se perciben de forma clara) y los “intangibles” (aquellos mucho más sutiles o etéreos que pueden pasar desapercibidos y son, en gran medida, subjetivos).
Entre las habilidades más tangibles hay dos muy claras: la capacidad de oratoria (“habla muy bien”) y la capacidad de conectar con los que les escuchan (”llega a la gente”); cuando esos dos skillsestán juntos, se le suele llamar “carisma”. Según estos dos skills, Martin Luther King y Adolf Hitler eran dos excelentes líderes…
Con el 99,99% de posibilidades, TODOS los líderes (perniciosos o no) de la historia han compartido estos dos rasgos en su perfil de liderazgo.
Los motivos por los que un líder es pernicioso o beneficioso para los que le rodean hay que buscarlos en los comportamientos más intangibles que comentábamos en el párrafo anterior. En el siguiente cuadro muestro los que, a mi entender, son los 12 rasgos más significativos que diferencian a UN GRAN LÍDER de uno PERNICIOSO.
Seguramente haya muchos más “intangibles” que diferencian al gran líder del pernicioso; no obstante creo que he citado lo más evidentes. De acuerdo con esto, les invito a hacer un sencillo ejercicio mental y situar en uno de los dos cuadrantes a algunos de los líderes más relevantes de los últimos 100 años, tanto locales como globales: Martin Luther King, Adolf Hitler, JFK, Mijaíl Gorbachov, Fidel Castro, Nicolás Maduro, Adolfo Suárez, Felipe González, Aznar, Zapatero, Rajoy o el propio Pablo Iglesias. Es sencillísimo.
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