La mayoría de los indicadores sostienen que la economía mejorará durante el actual ejercicio y continuará su mejora en los próximos años. Esta es la tesis de la Comisión Europea (CE), que en febrero de 2016 anunció que, según sus previsiones, la economía española subirá un 2,8% en 2016 y un 2,5% en 2017. Sus previsiones son mejores que las que la propia CE había hecho públicas en noviembre de 2015 y además apuntan a un crecimiento mayor que en cualquier otro país de la zona euro.
Si su pronóstico no falla, España dejará atrás una crisis que empezó en 2008 y que ha golpeado a muchas empresas (incluso obligando al cierre a muchas de ellas) y ha dejado sin empleo a miles de trabajadores. Pasar esta página, es una buena noticia pero como cualquier otro cambio de ciclo conlleva también algunos riesgos. Las cifras indican sin lugar a dudas que la mejora de la economía viene acompañada de un aumento del absentismo laboral.
El año 2015 se cerró con un incremento del 12,30% del absentismo laboral respecto al año anterior, situando el porcentaje total de ausencias en un 4,11%, según los datos analizados por TEBEX S.A, a partir de una muestra de 160.000 empleados.
Además, este incremento tan pronunciado provenía de un aumento mucho mayor. En 2014 la subida del absentismo laboral fue del 15,09%, todo un récord sin precedentes. En los últimos años, el absentismo había ido disminuyendo desde el inicio de la crisis llegando al mínimo histórico en 2012, epicentro de la recesión. Desde entonces, no ha dejado de subir.
El absentismo laboral depende de muchos factores, uno de los más importantes es el envejecimiento de la población. Y, en este aspecto, la crisis no ha ayudado. Muchas plantillas se han envejecido durante este ciclo que esperamos dejar atrás. El miedo de los trabajadores a perder el empleo también ha contribuido, durante la recesión, a reducir de manera drástica el absentismo laboral. Incluso llegando a un mínimo sin precedentes. Pero este fenómeno empieza a quedar atrás. La creación de nuevos puestos trabajo reduce el miedo a perder el empleo y puede incluso llegar a provocar cierto relajamiento entre los trabajadores, una actitud que provoca el aumento del absentismo.
La rebaja del gasto público en la Seguridad Social tampoco ayuda a mantener el absentismo laboral. La reducción de médicos especializados que atiendan a los empleados que enferman aumenta el tiempo de espera para ser operado o recibir el alta médica.
El coste directo para las empresas del absentismo laboral del año 2015 llegó a los 3.857 millones de euros, según el balance de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social presentado por Adecco y publicado en el diario Expansión.
Uno de los nuevos retos para las empresas que han logrado superar estos años de grandes dificultades pasa por ser capaces de reaccionar a esta nueva realidad y conseguir mantener el absentismo laboral en unos niveles apropiados.
El absentismo laboral tiene las mismas consecuencias para todos: un alto coste sanitario y económico, pero las causas que lo provocan son distintas y dependen de las características de cada puesto de trabajo. Como suele pasar con los grandes retos, no existe una receta mágica para solucionar este problema y cada caso es diferente. Después de 30 años gestionando en absentismo laboral, en TEBEX sabemos perfectamente que la única manera de identificar qué motiva un alto absentismo es a partir de un riguroso estudio centrado en cada puesto de trabajo y que tenga en cuenta factores como las condiciones laborales, el estrés, la presión, la motivación, la comunicación interna de la empresa y también detectando el posible fraude y atajarlo. El sector empresarial sabe perfectamente que uno de los caminos más seguros para aumentar la productividad es crear un buen ambiente de trabajo. El reto es ser capaz de crear ese buen ambiente y, al mismo tiempo, mantener el control del absentismo.
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