El principal reto en el que hemos estado, estamos y, con seguridad, estaremos inmersos la práctica totalidad de empresas y organizaciones es la Flexibilidad.
Desde hace ya un buen puñado de años, y cada vez con mayor necesidad, se hace esencial y, por qué no decirlo, crítico, hacer que nuestras empresas, cualquiera que sea su tamaño o actividad, sean lo más flexibles, elásticas y ágiles que nos sea posible. Todo ello con el objetivo de no perder competitividad en mercados cada días más globales, en el que aparecen constantemente nuevas formas de hacer negocio, en los que varían de un día para otro las barreras de entrada y las reglas del juego y en los que las decisiones de compra, y los requerimientos de los consumidores, se mueven en un entorno de absoluta inmediatez.
Por otra parte, como un factor decisivo a la hora de diferenciarse en estos mercados altamente competitivos, hacer más atractivo un producto que otro y, desde luego, marcar la diferencia en la prestación de un servicio, entra de lleno en la ecuación junto con, probablemente, la capacidad de innovación, el Talento con Mayúsculas.
Pero ¿qué podemos entender por Talento? A priori la respuesta te asalta con rapidez, en la retina tenemos muy buenos ejemplos en el mundo del deporte, del arte y la cultura, sin embargo, cuando reflexionas con mayor profundidad en el concepto, la respuesta no es tan obvia, y al contrario, se complica enormemente.
Al fin y al cabo, el talento reside en todos nosotros, por tanto, la auténtica dificultad para las empresas reside en identificarlo, ponerlo en “funcionamiento” y hacerlo de forma armoniosa con el resto de talentos que atesora la organización. Si somos capaces de hacerlo, pondremos en marcha una potentísima maquinaría que, esta vez sí, estará en condiciones de marcar la diferencia.
Esa doble visión es la que desde Adecco tratamos cada día de acercar a las empresas, ofreciendo las mejores estrategias para hacer posible modelos duraderos y robustos que combinen, por una parte, soluciones que favorezcan la flexibilidad y elasticidad de las organizaciones, y por otra, fórmulas que favorezcan la atracción, la identificación, la retención y el desarrollo del mejor talento para cada empresa.
A priori, ambos objetivos pueden parecer antagónicos, sin embargo, la realidad que es que son absolutamente complementarios, no en vano, las empresas y organizaciones son el reflejo de todos nosotros y si a algo aspiramos tener, y cada día más, son entornos flexibles que favorezcan el desarrollo de nuestras capacidades y, por qué no, de nuestras aficiones y vocaciones, y, sobre todo, huir de ámbitos rígidos y poco motivantes.
Por tanto, pongámonos en marcha y decidamos ir a por ello, apostemos por el Talento y la Flexibilidad, todos lo agradeceremos.
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