Una EPA con resultados agridulces

Sin duda ayer fue un día para estar razonablemente satisfechos, a pesar  que triplicamos la media de desempleo en países desarrollados y que sigue habiendo casi 5 millones de personas buscando empleo, asistimos a lo que adelantaba el Ministro de Guindos el pasado martes, la creación de empleo se consolida y avanza a un ritmo realmente impensable hace dos años. A pesar de mi normal escepticismo en días pasados en cuanto a los resultados de esta EPA (salimos de un trimestre en el que los datos de las oficinas del SEPE arrojaban peores números que en años anteriores), parece que los mejores presagios se han confirmado y hemos superado con nota el examen más fiable que existe para calibrar la tasa de paro real que es la encuesta de población activa.
 
Tenemos distintos factores que han influido en esta creación: crecimiento del PIB por encima de 3%, euro débil, petróleo barato, el crédito fluye a unos tipos de interés bajos y, sobre todo, un turismo en máximos históricos fruto de una situación geopolítica que favorece nuestros intereses. Y dentro de este análisis positivo, hay cifras objetivas que me gustaría destacar más allá de ideologías: superamos los 18 millones de ocupados, volviendo a cifras de 2011; el paro  baja en 298.200 personas  y en 576.000 personas en lo que va de año;  la tasa de desempleo se reduce al 21,1%; ha mejorado el empleo juvenil en 2,6%, ha mejorado el número de hogares que tenían a todos sus miembros desempleados, entre otros más.
 
Pero también tenemos datos negativos: la temporalidad y los contratos a tiempo parcial han tenido un fuerte incremento; ha disminuido la población activa en más 116.000 personas (menos personas que se incorporan al mercado de trabajo), dependencia excesiva del sector Servicios, etc.
 
Observamos que el empleo mejora no sólo en el sector servicios, sino que también se  recupera en el sector de la construcción y en la industria, sin duda,  y  sin volver al modelo anterior, la construcción debe ir ocupando el lugar que le  corresponde dentro de nuestro tejido productivo, es un sector que perdió más de 2,5 millones de empleos desde que se inició la crisis, y se hace necesario que recupere al menos 600 ó 700 mil empleos, lo cual ayudará a encaminarnos antes de que acabe la próxima legislatura  a los 4 millones de desempleados.
 
En cualquier caso, y en relación a la temporalidad y la parcialidad de los contratos, debemos asimilar que las relaciones laborales están cambiando a pasos agigantados, estamos pasando de un modelo donde los trabajadores vendían su tiempo, a un modelo en el que se vende trabajo, es decir, estamos en un momento  en que  las empresas  buscan un modelo de relación laboral donde cada vez los trabajadores son autónomos y la flexibilidad es absoluta, observamos como fruto de esta tendencia que cada vez hay más profesionales que trabajan desde su domicilio, el coworking está en auge, entre otras nuevas opciones de trabajo.
 
En líneas generales, estamos en la senda apropiada para seguir creando empleo, la mayor incógnita que tenemos en el horizonte son las elecciones generales del mes de diciembre, debemos continuar con las reformas que empezamos a implantar que han ayudado a mejorar nuestra competitividad y productividad, que mejoren nuestras exportaciones, nuestra demanda interna y, por tanto, la creación de empleo.