Tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008 el sistema financiero español ha atravesado una delicada situación de insolvencia y falta de liquidez. Desde 2009 se ha producido una reestructuración sin precedentes en el sector, con una reducción del número de entidades a menos de la cuarta parte, 10.500 oficinas menos entre bancos y cajas, y la destrucción de 60.000 empleos.
Las ayudas públicas para el saneamiento del sistema, conllevaban una serie de medidas de obligado cumplimiento para todas las entidades con el fin de ganar en eficiencia. En la actualidad, son las autoridades europeas y el FMI los que supervisan de cerca a los bancos españoles. La presión regulatoria y normativa del sector, que ha pasado por importantes exámenes de control y auditoría ha propiciado un proceso de fuerte reorganización, ajuste y saneamiento, aunque todavía queda camino por recorrer.
Desde el punto de vista de recursos humanos, ha sido necesario llevar a cabo importantes planes de reestructuración, ajustes, prejubilaciones, ERE, etc., para cumplir con las exigencias del nuevo marco regulatorio. Por otro lado, algunas entidades más saneadas han sabido sacar partido de la nueva situación de mercado.
La banca comercial, y en concreto el segmento de empresas, ha reforzado sus equipos, ya que con la fusión y concentración del resto de entidades han surgido oportunidades. Igualmente en el área de banca personal y banca privada, algunas entidades han reforzado sus equipos para suplir la falta de confianza generada por los bancos y cajas en situación comprometida. Los perfiles más demandados son los de gestores y directores de banca de particulares, gestores de banca de empresas y ejecutivos de banca privada. Se requieren profesionales con experiencia en la comercialización y distribución de productos y servicios financieros, con buenas habilidades en comunicación e interlocución, capacidad para generar confianza, altas dosis de flexibilidad y visión estratégica a largo plazo. Igualmente se valora especialmente un buen conocimiento de la zona o población donde está ubicada la vacante y la posibilidad de “arrastrar cartera”. La franja salarial de estos perfiles dependerá de la experiencia y de la capacidad de captar negocio, pero se sitúa en torno a los 35.000€ y 40.000€ de fijo más 30% de variable en el caso de los gestores de banca personal y entre 40.000€ y 50.000€ más 40% de variable para los directores. Los gestores de empresas están entre 40.000€ y 65.000€ más 40% de variable (dependiendo del segmento: pymes, gran empresa o banca corporativa). Por último, los perfiles de banca privada, claramente dependen de la capacidad para generar negocio, pero en general, parten de un salario base de 40.000€ a 50.000€ y entre un 10% y un 30% de variable.
En el área de servicios centrales, se están demandando perfiles con experiencia en planificación y capital, así como en solvencia, compliance y auditoría interna. Los rigurosos y estrictos controles que deben pasar ahora las entidades de crédito, les han obligado a nutrirse de profesionales de este ámbito. Son candidatos muy enfocados al control y cumplimiento normativo y con extenso conocimiento de los procesos internos de la compañía, así como del marco legal y de actuación del sector en concreto. Muchos de estos profesionales proceden de firmas de consultoría y auditoría financiera de primer nivel, ya que han acompañado a las propias entidades en proyectos para analizar el riesgo de los activos o para llevar a cabo exhaustivos controles de procedimientos contables, planificación y estructura de capital y solvencia, etc. provocados por las constantes exigencias de los organismos reguladores. El paquete retributivo de estos perfiles, que están muy especializados, se mueve entre 60.000€ y 90.000€ euros (variable incluido) en función de la experiencia.
Las perspectivas para el futuro, estarán marcadas por el cumplimiento de las necesidades más acuciantes, pero también, por el convencimiento de que la integración y agrupamiento de entidades, sobre todo de las más pequeñas, es necesario. Actualmente existen en España 14 entidades de tamaño suficiente como para ser supervisadas por el BCE, de las cuales sólo 6 tienen un tamaño y situación comparable al conjunto de entidades referentes dentro del marco europeo. El motivo de esta necesidad de integración viene especialmente marcada por la situación prolongada de bajos tipos de interés, que están presionando con fuerza los márgenes y los beneficios de las entidades, lo que unido a la exigente regulación, complica mucho la tarea de mantener los ratios de solvencia en los niveles marcados por el BCE. Por todo ello, existen todavía incertidumbres fundadas de cómo será el mapa financiero español y de sus próximos movimientos.
Para afrontar el futuro del sector, se necesitarán profesionales cualificados, con gran flexibilidad y aversión al riesgo, un conjunto de competencias que hasta hace poco no se requerían en un sector tradicionalmente estable en todos los sentidos. El nuevo contexto, radicalmente diferente del anterior, ha propiciado este cambio en los perfiles de éxito de la banca.
Los comentarios están cerrados.